El viernes fue nuestro reencuentro con ellos y estaban tan excitados de que volviéramos a estar todos juntos que mi Princeso (el de 8) se atropellaba mientras hablaba. Y así surgió esta perla que nos arrancó la primera sonrisa del fin de semana.
Llegamos, el Princeso se abraza a Mi Otro Yo y dice algo así como:
- Molaesto
Primer disgusto para Mi Otro Yo que, en décimas de segundos, piensa que los Abuelos Sin Zapatillas le han permitido tanto que hasta sus propios padres son un incordio en su rutina.
- ¿Te molesto cariño? Preguntó Mi Otro Yo
A lo que el Princeso contestó
- No mami, ¡que mola esto! ¡Que estás muy guapa con este colgante!
Si es que se hacen mayores y ya se fijan en los accesorios que llevas e, incluso, les molan.
¡¡¡Donde están nuestros bebés!!!
FELIZ LUNES