Detrás de una madre hay un mundo de cosas,
hay horas de sueño que no se recuperan,
hay años de sueños que nunca llegan.
Detrás de una madre hay cansancio absoluto,
hay sangre, hay leche, hay lágrimas.
Hay pechos que lloran y se desinflan,
hay pliegues que se estiran y no se reconquistan.
Detrás de una madre hay piernas robustas pero cansadas,
hay brazos que abrazan pero a veces no aguantan,
hay dolor físico, hay penas del alma.
Detrás de una madre hay cicatrices, hay cortes, hay fisuras,
hay cuentacuentos sobre la piel, hay hendiduras..
Detrás de una madre hay úteros fuertes y maltratados,
hay órganos que un día se despidieron de dos cuerpos,
hay lucha, hay llanto.
Detrás de una madre hay ilusiones,
hay libros que se amontonan y planes que se posponen.
Detrás de una madre hay recetas improvisadas,
hay rutinas y valores,
hay disciplina, hay dudas, hay temores.
Detrás de una madre hay amor infinito, que se amolda,
se multiplica, se reparte en cachitos.
Detrás de una madre hay un reloj que corre,
meses que vuelan, años que se esconden.
Detrás de una madre hay orden, hay lógica, hay armonía.
Detrás de una madre lo hay todo: lo bueno, lo malo, el día a día.
Detrás de una madre hay un mundo que gira,
hay nacimientos, hay muertes, existe la vida.