MADRE
No existe una palabra más bella. Una palabra en la que tengan cabida tantas otras. Siempre le he dado valor a la maternidad y en parte es gracias al modelo que he tenido la suerte de seguir. He de confesarte algo, cuando se me puso delante la oportunidad de escribir sobre este tema, me sentí afortunada, el hecho de darle voz a un proceso tan intenso, a sus luces, a sus sombras, me pareció además de necesario, muy enriquecedor. Una vez que me he puesto delante de mi ordenador, me resulta todo un reto expresar con palabras un momento tan emocional, tan íntimo, tan fuerte.
Ser madre es AMAR.
Es amar a nuestro hijo, a nuestra hija. Es tener la capacidad de dar y de recibir un amor incomparable al resto. Es vínculo. Es diada. Es conexión. Es alimento, es protección.
Es recorrer el camino a una compañía que respeta, que hace que maternar sea un proceso basado en el amor y en el apego. Una compañía que ayuda a crecer, que cuida, que quiere, que demuestra.
Es amar nuestro cuerpo, reconciliarnos con él, escucharlo. Es tenernos en cuenta, buscar momentos de calma. Es no olvidar nunca la mujer que somos, cultivar nuestra autoestima, poner en alza nuestras cualidades y trabajar o al menos ser conscientes de nuestras limitaciones.
Ser madre es APRENDER.
Es aprender que el tiempo es relativo. Probablemente nadie nos va a enseñar tanto en tan poco tiempo como un/a hijo/a. Nos hace vivir el presente con atención plena y recuperar esa niña interna que ojalá nunca dejemos de sentir. A su lado el tiempo se para y a la vez se esfuma.
Es buscar información que nos dé seguridad, que nos permita elegir de una forma libre. Es optar por profesionales de la salud que nos respeten, que respeten a nuestros/as hijos/as.
Es rodearnos de personas que nos apoyan, que nos sostienen.
Es aprender de nuestros errores, convivir con nuestros miedos, con nuestras dudas, con nuestras expectativas.
Ser madre es RESPETAR.
Es tener en cuenta el ritmo biológico de nuestro/a hijo/a sin forzarlo, sin robarle su momento, sin apresurar sus etapas. Es sentar las bases para su crecimiento y desarrollo a nivel físico pero también emocional.
Es cubrir sus necesidades de un modo seguro. Es hablar de forma adecuada, emplear un lenguaje inclusivo. Es escuchar, poner límites claros, ser referente.
Es considerar los otros tipos de crianza, sin juzgar, sin dar consejos si no se piden, sin criticar.
Es vivir en sintonía con la naturaleza, esa que determina nuestros ciclos, nuestros ritmos.
Ser madre es LUCHAR.
Es demostrar hasta donde queremos y podemos llegar.
Es reivindicar nuestros derechos, como mujeres, como madres. Es promover un mundo justo, igualitario, digno. Es apostar por una educación que rompa con los estereotipos de género y/o ideas sexistas.
Es conciliar. Ser consciente de las dificultades que ello supone y aun así hacer equilibrismos para no salir del mercado laboral o frenar nuestra carrera profesional
Es abogar por hogares corresponsables, formar equipo. Compartir.
En definitiva, es confiar en que en algún momento las mujeres nos sinceremos del todo y hablemos sin tapujos de nuestras vivencias, de nuestros miedos, de nuestros logros, de nuestros cuerpos, de nuestras realidades.
Ojalá en algún momento le paremos los pies a todos esos factores que nos engañan, que nos manipulan, que constantemente nos cuestionan, nos critican, nos callan.
Ojalá en algún momento podamos vivirnos como mujeres, como madres, de una forma más respetada, más libre, más leal.
¿Y tú, cómo definirías la maternidad?
A mi hijo, por hacerme madre.
A mi madre, por hacerme hija.
#EnMedioDeMisBrazos
#ComienzaTuRevolución