Un tema del que seguramente habrás escuchado, pero que nunca nos queda del todo claro. Cuando hablamos de ?masajes? solemos creer que solo un profesional puede hacerlos. Aunque cuando se trata de masajes terapéuticos es asi, no lo es en el caso de los bebes, al contrario, los bebes necesitan los masajes de sus padres, esto los ayuda a aumentar su autoestima, a relacionarse mejor con el mundo que lo reodea y, especialmente, a reforzar los lazos de amor y seguridad que lo unen a sus progenitores.
En este artículo encontrarás muchas de las claves para que dar masajes a tu bebe sea un momento placentero, enriquecedor y que aprendas como hacerlo.
¿Cuál es el poder de los masajes?
Con ellos, el bebé experimenta una sensación de bienestar físico y emocional, y el padre o la madre aprende a conocer mejor a su hijo. Así que, ¿por dónde empezar?
Los masajes en los bebés provocan un estado de relajación y calma, fomentan la resistencia de su organismo, favorecen un sueño tranquilo y fomentan un mejor desarrollo psíquico. A ti, masajear al bebé, contactar con su piel, hacerle caricias y abrazos te hará sentir más cerca de él y a la vez servirá para que él se adapte al mundo de una manera más tranquila, segura y sana.
El masaje infantil es un lenguaje no verbal que te permite transmitir afecto y ternura, y a la vez aprender a conocer más a tu hijo. Con los masajes el bebé siente bienestar físico y emocional.
El masaje es uno de los momentos preferidos por el bebé. Para él representa una sensación muy agradable porque no sólo se trata del contacto de pieles, sino también de percibir sensaciones a través del oído, el olfato y la vista. A la mayoría de los bebés les encanta el contacto físico, y no es de extrañar que los masajes tengan un efecto tan calmante y relajante para ellos.
Si un bebé recibe frecuentemente un masaje, sólo con ver que su madre o su padre se está untando las manos de crema el bebé ya sabrá que en pocos segundos recibirá un masaje, y se sentirá preparado para vivir esta agradable experiencia.
Para empezar, puedes masajearle las piernas haciéndole caricias de los pies hacia arriba, siempre con movimientos lentos, profundos y suaves. Puedes aplicar ligeras rotaciones en sus tobillos y para acabar vuelve con suaves caricias hacia abajo para indicarle al bebé que ya hemos acabado con esa pierna.
A continuación puedes seguir con los brazos utilizando el mismo método, pero antes haremos unos ligeros estiramientos en los brazos ya que son más delicados. Luego le haremos el masaje en los brazos de abajo hacia arriba. Cuando acabes con el brazo haz los movimientos para arriba con una ligera presión que le ayudarán a estimular la circulación y para finalizar unos toques suaves hacia abajo que le indicarán que hemos acabado.
Si tu bebé padece cólicos, el masaje se realiza presionando con movimientos circulares, en el sentido de las agujas del reloj, tus manos en su abdomen pueden aliviar sus molestias. El masaje en la espalda del bebé también es recomendable, así como colocar una toalla templada o caliente en el abdomen del bebé.
¿Cuál es el mejor momento para hacerle el masaje y dónde?
El mejor momento es después del baño y si puede ser cada día mejor. Es muy importante no realizar movimientos antinaturales o forzados, debes notar que el bebé está cómodo y que se presta a que le hagamos un masaje.
Si no le apetece, se pone nervioso o molesto, deja el masaje para otro momento u otro día.
Ten en cuenta que para que no adquiera posturas muy rígidas, deberemos ir cambiándolo de posición. Para estar cómodos, una buena opción es colocarlo encima de una superficie blanda como la cama y en posición boca arriba.
Fuente: Psicólogo de Familia