No hay latido,… y esa chica que me había parecido tan amable, y tan simpática me acariciaba las rodillas, y me hablaba… mientras yo caía al vacío. Me abrazó, secó mis lágrimas.
Por primera vez escucho “aborto diferido” y ella seguía hablando.. hasta que aún sin aceptarlo, conseguí entenderlo…
Vuelvo a casa, rota. Con mis manos vagabundeando por mi vientre, solo quiero llorar… que me abracen. y nuestra última noche me la paso diciéndote cuánto te quiero una y otra vez, cuánto te amo. Y te doy las gracias vida mía, porque en 10 semanas, me has hecho sentir como nunca nadie. Me has hecho sentir madre. Si, madre, como la que puede besar a su bebe, o como la que puede sentir sus pataditas.
Y esa doctora tan guapa y simpática, que durante tres días nos trató con respeto, nos entendió, y me hizo comprenderlo así, que no hay hijos ni madres de primera o segunda. Y que mi dolor por mi bebe de 10 semanas era tan digno como el de otras madres que por desgracia pasan por una pérdida de más semanas de gestación. Que esto pasa, más de lo que nos gustaría, pero pasa, y que no es mejor antes, o después, es mejor nunca.
Pero así es la vida, tropezamos con situaciones injustas que te dan la posibilidad de centrarte en la adversidad. A mí ya no me da miedo olvidar, porque se que no lo haré, te recordaré siempre, y aunque ahora me duelen los pies, el corazón y el alma, conseguiré ser buena conmigo misma, y avanzar,porque mis tacones dejaran de hacerme daño.
Entendiendo y escuchando cada paso…
Respetando mi propio ritmo… Y encontraré las flechas que me indiquen de nuevo el camino a la maternidad.
Las dos imágenes de este post son de artistas que podéis encontrar en Etsy. ReneeThompsonDesigns claudiatremblay
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