¿Cuánto tiempo y dinero hemos invertido en este inicio de curso? Mejor no me lo digáis. Yo os hago una propuesta que no cuesta dinero. Se trata de invertir unos minutos al dia en practicar atención plena jugando. Creo que si mindfulness se convierte en un elemento imprescindible en la mochila de cada alumno o alumna, en casa y en clase, muchas cosas van a cambiar: disminuirá el fracaso escolar, mejorará el ambiente en clase y en casa y las relaciones entre los alumnos.
No entiendo como los gobiernos no lo han puesto ya como asignatura trasversal en los centros igual que la educación para la igualdad, por ejemplo. Quiero pensar que no conocen de sus buenos resultados. Aunque imagino que saben que este tipo de prácticas conllevan entre otras consecuencias el despertar de la conciencia de las personas y eso no sé si interesa a una economía sostenida por el consumo descontrolado y la inconsciencia a todos los niveles. Esta discusión la dejaremos para otro día. Pero si algún ministro de educación, consejero o director de centro quiere, podemos hablarlo.
El problema o ventaja de estos juegos, según se mire: es que no son un juegos virtuales; sino reales (no le puedes dar el móvil al niño y que se entretenga practicando mindfulness, aunque hay quien está intentando sacar una aplicación del tema); ni se puede comprar en grandes centros comerciales y ya está. Se consigue jugando en casa o en clase, día a día. Y además los niños sólo pueden aprenderlo y sobretodo convertirlo en un hábito, jugando con los adultos más cercanos, que tienen con ellos y ellas una relación educativa, de afecto, confianza y amor. Adultos que no sólo práctican; sino que viven con este estilo de vida ( o al menos están en el camino, creen en ello).
Sé por experiencia que los niños, adolescestes y jóvenes que practican atención plena, tienen sus facultades cognitivas mejor entrenadas para este tiempo de estudio y todos los aspectos de la vida. Con esta práctica es más fácil concentrarse, fortalecerse ante el fracaso, tener autoestima y abrir la mente a los nuevos conceptos y retos que surjan.
Cuanto antes empecemos a practicar con ellos y ellas, mejor. Os recuerdo que los niños nacen con mindfulness, es una semilla que tenemos todos, sólo hay que despertarla. Podemos hacerlo en casa y en clase. No os podéis imaginar los resultados a todos los niveles de esta práctica en relación no sólo al estudio, sino a las relaciones entre los alumnos, el buen ambiente en casa, la mejora de la salud….y un largo etc.
Sólo se requiere de constancia, continuidad, de convertir la práctica en un hábito como el de lavarse los dientes.
Yo os ofrezco dos juegos a través del video de youtube, pero tenéis que buscar vuestras propias ideas y estrategias:
Preparar la comida o comer de forma consciente.
Ir al colegio contemplando lo que nos encontramos, atento a las personas y situaciones que vemos.
Escucharnos cuando hablamos, de forma activa.
Lavarnos los dientes de manera consciente, sintiendo y disfrutando de lo que hacemos…
Por qué no cambiar el tiempo y dinero de la compra de una mochila cara, un profesor particular desde el primer día o un premio concertado desde el inicio de curso; si aprueba todo por jugar conscientes con ellos y ellas.
Un par de advertencias:
Los juegos son juegos. No son obligatorios, por imperativo. Son divertidos, creativos, cargados de alegría. A lo mejor un día dura cinco minutos y otro diez. Los mayores tenemos la costumbre de unir meditación o relajación con seriedad y silencio, pero no es necesario. Atención no está reñida con diversión.
Al niño no le hables al principio de mindfulness o atención plena. Suena muy serio. Ni le cuentes las consecuencias, causas de estar cosciente. Mejor vive tú de forma consciente, escúchale cuando te hable, come despacio….vive para mostrarle este estilo de vida y juega. Más adelante es posible que te lo explique sin que tú le hayas dado una clase sobre el tema. La experiencia es la madre de la ciencia ¿no?
Invitemos al niño o niña a elegir algunos días un momento y situación para practicar ser más consciente: comer, ducharse, caminar. Nosotros elegiremos otros días el juego.
De vez en cuando podemos cantar juntos, contar un cuento, jugar pero con atención plena. Dentro de poco sacaré algunos libros de cuentos que nos darán más ideas sobre estos temas y que nos proporcionarán la oportunidad de leer un cuento y a la vez practicar la atención plena.
Mete en la mochila mindfulness.