Hoy os traigo un libro precioso, repleto de ternura y que consigue emocionarme en cada lectura. Y es que..
Quien tiene una abuela,
tiene un tesoro.
Cuenta la historia de una abuela, que aunque sea mayor y ya no vea tan bien como antes, sus ojos aún brillan cuando miran a su nieta. Desde que la pequeña ella era un bebé, la abuela la ha cuidado, la ha enseñado a vestirse, a hacer galletas… Y la pequeña atesorará esos momentos en su memoria para siempre.
A través de las páginas de este precioso libro, Helena Kraljic y Polona Lovšin narran una pequeña historia en la que queda reflejado todo el amor que las abuelas tienen por sus nietos y todo lo que los nietos adoramos a nuestras abuelas.
Las ilustraciones no pueden ser más bonitas y expresivas. Los colores son una pasada...nos envuelven completamente. Y es que es tanto el amor que trasmiten que no podréis dejar de mirarlas y de recordar momentos y experiencias con vuestras abuelas, que se han convertido en tesoros emocionales muy preciados.
El vínculo que desde muy pequeña tengo con mi abuela es muy especial, y es por eso por lo que este libro me ha calado tan hondo.
Desgraciadamente las abuelas no duran para toda la vida y por eso se debe tener en cuenta que existe una ventana de tiempo bastante limitada para estar juntos, convirtiéndose el tiempo en algo muy preciado. Los peques deben ser conscientes de lo maravillosas que son y aprovechar todo el tiempo que puedan con ellas porque...
Las lecciones que enseñan las abuelas se aprenden de una forma mucho más profunda.
Cuanto más tiempo pasen los peques con sus abuelos, más valiosas serán todas las lecciones que aprenderá a largo plazo.
Los abuelos son figuras que damos por hecho que están siempre ahí, y la realidad es que la ayuda que prestan es inigualable. En este sentido, los beneficios que aportan a sus nietos van mucho más allá de los que somos capaces de reconocer.
“Los abuelos, al igual que los héroes, son tan necesarios para el crecimiento de los niños como las vitaminas”.
-Joyce Allston-
Como podéis ver es un libro dedicado a las abuelas, que nos ha encantado y que no puede ser más bonito. Como nietos, los que hemos podido disfrutar de su compañía somos conscientes de la huella que nos han dejado.
Os recomiendo a todos que adquiráis este libro para leer con vuestros peques, para que los peques se lo lean a sus abuelas y para recordarlas siempre.
“Nadie puede hacer por los niños lo que hacen los abuelos: Salpican una especie de polvo de estrellas sobre sus vidas”. Alex Haley
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