Ser mamá se convirtió en la mejor experiencia que cambió mi vida, desde el primer momento. Mi madre que es pediatra, siempre acompaña el proceso de mi vida y más cuando me convertí en madre. Desde el primer momento, comenzó la charla de la lactancia materna.
Julio nació en el hospital donde trabajaba mi madre en ese momento. Recién nacido lo pusieron a mamar en la sala de recuperación. Ese primer contacto, le brinda al niño el calostro; sustancia rica en muchas proteínas y sales minerales. Es una protección para tu bebe. La política de los hospitales en Venezuela, es que el recién nacido debe tener el mayor contacto con la madre, no se aceptan biberones.
Los primeros días son de adaptación, donde no dormía bien, para mí era muy importante aprovechar los momentos en el que el bebe dormía para poder descansar. Mi hijo no tomaba ni agua, ya que la leche materna provee al niño de todo lo que necesita. También es por estímulo del bebe que sale la leche y si te pones a darle agua, tu bebe menos mama y menos leche saldrá.
El estímulo positivo de mi madre era fundamental, pues no falta quien te diga: ¡Estás loca, lo vas a matar de sed! ¡Para que te deje dormir métele un tetero! Otra de las cosas que aprendí, que la lactancia es un acto de amor, mamá debe sentirse tranquila y entender que los primeros meses es a libre demanda del bebe. Uno de los motivos es el que te comente, la leche materna contiene agua, el estomago de tu bebe es pequeño y necesita comer con más regularidad, es su calmante, ya que esta cerca del latido del corazón de su mamá.
Julio tomó teta hasta los dos años de edad. No uso biberón, ni chupón. Cuando salí a trabajar, que fue aproximadamente cuando él tenía 7 meses. Le dejaba “el banco de leche materna” y su abuela paterna, le daba con cucharilla la leche, mientras se adapto al vaso.
Luego llegó Valeria. Nació en una clínica de la ciudad de Maracay. La política de las clínicas es diferente en cuanto a la lactancia materna. Poseen retén (así se le llama donde llevan a los bebes para limpiarlos y allí también pasan la noche) donde hay enfermeras que se encargan de la alimentación, mientras la madre descansa. Valeria nació a la 8:30 de la noche.
Como ya estaba decidido, Valeria sería alimentada por lactancia materna exclusiva; lo que le indicaba a las enfermeras y a la clínica no dar nada de nada a la bebe. Me llevaron a la habitación a las 9:30 de la noche y a la pequeña la llevaron a las 10 y algo de la noche. La niña llegó roja de tanto llorar, para agarrar el pecho costó mucho (no había comido nada). Al final luego de varios intentos, logró comer. La clínica me hizo firmar un papel, porque era mi responsabilidad como madre que la niña podría morir de hambre (o algo así con otros términos). Para no hacer mi cuento tan largo, Valeria fue una niña alimentada con lactancia materna hasta los dos años también. Es muy saludable, alegre, un torbellino de actividad.
Solo les digo mamis, que si escoges la opción de la lactancia materna, entiendas que debes tener paciencia, no escuchar comentarios que te desmotiven y sobre todo disfrutar ese momento único con tu bebe.