¿Qué es el miedo y por qué lo sentimos?
El miedo se define como un sentimiento de angustia ante la proximidad de algún daño real o imaginario que produce una serie de reacciones bioquímicas (aumento de la secreción de corticosteroides, adrenalina, …), físicas (palpitaciones, sudoración, dilatación de las pupilas, impulso de huida o paralización, …), y psicológicas (malestar, sensación de irrealidad, falta de concentración, tendencia a gritar, …).
Sentimos miedo porque éste cumple una función adaptativa y protectora,que nos mantiene alerta alejándonos de los posibles peligros y evitando que nos pongamos en situaciones que comprometen nuestra supervivencia. Cuanto más pequeños somos más se altera nuestra conducta ante los cambios repentinos de nuestro entorno (ruidos, cambios de luz, …) y nos sentimos desprotegidos cuando perdemos de vista nuestros cuidadores habituales (madre, padre,…) Estos son los primeros miedos, miedos que evolucionan con la edad. Tratamos ámpliamente el desarrollo de los miedos infantiles en un post publicado en este mismo blog que recomiendo que leas para comprender mejor a qué tienen miedo tus hijos en cada una de sus etapas evolutivas.
Cuando los miedos se convierten en fobias
Normalmente, con las pautas adecuadas los miedos remitirán y los niños aprenderán cómo afrontarlos, algo que les servirá durante toda su vida.Pero si no se trabajan de forma apropiada pueden alcanzar la condición de fobia y resultar perjudicial para el niño, llegando a paralizarle hasta el punto de imposibilitar que realice ciertas acciones propias de su edad, como dormir fuera de casa, salir de excursión o relacionarse con extraños.
Una fobia es un miedo irracional que no se puede controlar y que limitan a las personas que las padecen. Y los niños también pueden desarrollar fobias, del mismo modo que pueden deprimirse o estresarse.
Existe una gran lista de fobias que niños y mayores podemos llegar a desarrollar como por ejemplo a los payasos, al orinal, a los grandes espacios, al agua, …
La fobia escolar, una de las más frecuentes en la infancia
La fobia escolar es más fecuente de lo que creemos y, aunque a veces, a los padres les cuesta diferenciar entre el proceso de adaptación a la escuela y una fobia escolar, las diferencias son significativas y es necesario que intervenga un profesional especializado que ayude al pequeño a superar este miedo paralizante y limitante.
Algunos de los síntomas que presentan los niños con fobia escolar son:
Negativas constantes e insistentes de asistir a la escuela.
Aparición de dolores estomacales, mareos, migraña, … cuando se acerca el momento de ir al cole que desaparece si les permitimos quedarse en casa.
Manifestaciones fisiológicas como rigidez muscular, sudoración, vómitos, diarreas, …
Baja autoestima.
…
Los desencadenantes de este tipo de fobia son variados y pueden ser tan sencillos como haber estado enfermo durante un largo tiempo o por motivos más elaborados como por ejemplo miedo a hacer el ridículo o a consecuencia de estar sufriendo acoso escolar o bullying.
Sea cual sea la fobia o miedo limitante y paralizante que sufra nuestro hijo debemos acudir sin dudarlo a un profesional de la salud mental infantil. Él es quien mejor nos podrá ofrecer estrategias de afrontamiento para que nuestro hij@ las supere y pueda vivir con total normalidad.
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