Este concepto surge de la mano del Dr. Kabat Zinn, médico y fundador de la Clínica de Reducción de Estrés de la Universidad de Massachusetts en 1979. En una investigación, el doctor Zinn, decidió aplicar prácticas de meditación budistas con sus pacientes, sorprendiéndose favorablemente con los resultados que se habían obtenido. De esta manera, la ola del mindfulness se fue extendiendo por todos los continentes hasta nuestros días.
El reconocimiento de la Atención Plena ha sido tal, que algunos centros educativos se han aventurado a aplicar la práctica en las aulas. Personalmente, he tenido la oportunidad de acudir a una sesión de mindfulness en primero de Educación Primaria. El colegio comenzó a aplicar la práctica porque los maestros habían notado que los alumnos se encontraban alterados y estresados, lo que provocaba conflictos entre los compañeros. Y tengo que admitir que la experiencia, además de encantarme, me emocionó.
Se puede decir, que llevar a cabo la Atención Plena en las aulas, es una oportunidad increíble para educar en valores y en felicidad. A través de juegos, cuentacuentos, bailes, respiraciones, ejercicios de concentración y atención, y actividades de expresión corporal y artística se puede ayudar a los estudiantes a tomar consciencia de sí mismos y promover de esta manera su desarrollo integral. Es muy importante hablar con los niños de lo que se va a hacer, explicarles de una manera sencilla para qué les va a servir. Así, se unirán a la práctica de forma voluntaria, seguros y con confianza.
¿Qué beneficios tiene aplicar Mindfulness en clase?
-Aprenden a ser conscientes de su cuerpo: en una situación que genere estrés a los niños, la práctica de la Atención Plena puede enseñarles a relajar su cuerpo, a respetarle.
-Conocimiento de las emociones y su gestión: aprenderán a reconocer las emociones que están teniendo en un determinado momento y a gestionarlas. Pueden llegar a conocer técnicas de respiración y ejercicios de relajación que les ayude a tolerar la ira, el enfado y la impulsividad. También podría ser muy útil para saber llevar y ser conscientes de la frustración, los errores y las equivocaciones, comprendiendo de este modo que no pasa nada por haberse equivocado.
-Favorece la interacción social: aplicar mindfulness en la escuela, no quiere decir únicamente que los alumnos estén sentados y en silencio. Como se ha dicho anteriormente, se puede aplicar a través de juegos y actividades de expresión en las que los niños sean los protagonistas. De esta manera, pueden aprender a reconocer las emociones de los compañeros a través de los gestos de sus caras, de sus movimientos, de la forma de bailar…
-Mejora de la autoestima y la confianza infantil: la práctica de la Atención Plena en los centros educativos, podría favorecer considerablemente la autoestima y la confianza. A través de diferentes actividades y técnicas, los niños podrían descubrirse a sí mismos, se darían cuenta de su personalidad e identidad, podrían a llegar a perder ciertos miedos que les impedían a hacer cosas que les gustaban, podrían aceptarse tal y cómo son, y por lo tanto, confiar en sí y también en los demás.
-Asimilar pensamientos y acciones: en este apartado, el mindfulness podría ayudar a los niños a comprender sus pensamientos, sus ideas. Podría ayudar a favorecer sus habilidades cognitivas, de esta forma, si son conscientes y entienden los razonamientos que pasan por su mente, podrían no hacer una acción que saben que va a estar mal. Y posiblemente, buscarían otras alterativas de elección.
-El corazón también es importante: los alumnos, aprenderían que también se pueden tomar decisiones con el corazón. Y que no siempre las mejores ideas salen de la razón. Por lo tanto, la Atención Plena, sería muy útil para que los niños se dejen llevar un poco más por el corazón, para que se emocionen, para que vean la vida de una forma positiva, alegre y llena de oportunidades para ellos.
-Empatía entre los compañeros y menos agresividad: la práctica del mindfulness podría favorecer a que los alumnos sean conscientes de los problemas de los demás, de las dificultades, de las necesidades y a querer ayudar en vez de poner más obstáculos en el aula. A través de la meditación y la práctica, se podrían reducir los niveles de agresividad en los alumnos que tienen problemas para gestionarla.
¿Y para los maestros hay algún beneficio?
Obviamente, sí. Sí que hay beneficios para los maestros y profesores que practican la Atención Plena. ¡Aquí os dejo algunos!
-Conexión con los alumnos: el mindfulness pude ayudar a crear una red de confianza y seguridad entre maestros y alumnos. De esta manera, los docentes, podrían favorecer el proceso de enseñanza-aprendizaje y motivar a sus estudiantes.
-Gestionar el nivel de estrés: todos sabemos que ser maestro en la actualidad conlleva una dosis elevada de estrés y de nerviosismo. Está práctica podría ayudar a los docentes a evitar, reducir o gestionar situaciones en el aula que puedan provocar ansiedad o malestar.
-Ser conscientes de las emociones y asimilarlas: aprender a no dejarse llevar siempre por ellas en clase. Favorecer la paciencia, la empatía, y la comprensión hacia los estudiantes.
-Mejora de las habilidades sociales y relaciones con los compañeros de trabajo: podría evitar conflictos entre los trabajadores del centro educativo. Y por lo tanto, crear grupos de trabajo para ayudarse mutuamente en el día a día y resolver algunas dudas que puedan surgir.
-Bienestar general y predisposición a crear un entorno optimo para el aprendizaje: la práctica de mindfulness podrían ayudar a los maestros a conseguir un bienestar personal y como tal, a general un entorno acogedor y seguro para que sus alumnos lleven a cabo el aprendizaje.
Ahora, sólo me queda resolver una duda. Si la aplicación de la Atención Plena tiene tantos beneficios para los alumnos y los profesores, ¿por qué no se lleva a cabo en todos los centros educativos a través de talleres y sesiones semanales? Como muchas otras cosas, un misterio sin resolver…
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