Creo que me voy a saltar el resumen de la semana 38 porque, la verdad, poco diferente que contar con respecto a la semana 37 o esta en la que estoy ahora, la 39. Así que, viendo que el tiempo apremia y que quisiera contar un montón de cosas más -y que no se si llegaré a hacer-, meto las 38 semanas aquí y chimpún.
Mis 38 semanas
La verdad es que se me está haciendo difícil este último tirón del embarazo. Pese a que físicamente no tengo mucha barriga y he puesto poco peso -no me peso habitualmente pero calculo haber engordado unos 6-7kg a lo sumo-, me encuentro muy muy pesada, muy muy cansada y muy muy limitada.
Desde hace ya varios días el lumbago me mata. Tengo un dolor constante en la parte baja de la espalda y da igual que esté sentada, de pie o recostada de medio lado, no cesa. Es bastante incapacitante, ya no por el dolor en sí sino porque al movimiento me duele aún más, y no, no puedo hacer reposo y descansar.
Estoy sola con mis hijos full time, mi señor esposo lleva dos semanas fuera así que me toca hacer lo que viene siendo todo, todo, todo. Y reconozco que me siento al límite de mis fuerzas, tanto que dede hace varios días no vamos al parque porque llego tan cansada que no me encuentro con fuerzas -ni con ganas- de salir, así que nos quedamos en casa tranquilos, yo aprovecho para hacer cosillas en casa poco a poco y mis peques se entretienen jugando. Si es que no me puedo quejar de ellos, aunque el salón acabe como un campo de minas con tanto juguete por medio.
Mis 39 semanas
El miércoles cumplí las 39 semanas y para celebrarlo estaba yo a las 9:15 de la mañana en la sala de espera del hospital para la que en teoría es la última visita del embarazo. Tuve que esperar poco, me llamaron enseguida, cosa que se agradece, y la visita en sí también fue bastante rápida. La ginecóloga un poco seca, todo hay que decirlo, pero amable, me recordó que tengo una anemia de caballo, me tomó la tensión y ya me pasó a la camilla.
La ecografía no fue tan rápida y concisa como la anterior, se tomó su tiempo para mirar y remirar bien todo. La verdad es que da un poco mal rollo, ver que mueve el transductor por mi barriga, que su semblante es serio, que no dice nada, vamos, que me acojonaba por momentos. Y entonces me hace la pregunta del millón, cuánto han pesado mis hijos al nacer. Le respondo, sigue mirando, mirando y después de unos 10 minutos así por fin gira el monitor y me enseña a mi gordito.
Gordito, sí. Según sus cálculos aproximados -ya sabemos que según ecografía y a estas alturas de embarazo el margen de error es de uns +-500gr- pesa aproximadamente 3,350kgr, lo que no está nada, pero nada mal. Vamos, que no es un torete pero parece que viene criadito. Teniendo en cuenta ademas que según mi experiencia los ecógrafos de la Seguridad Social calculan a la baja -eso me pasó con mi mayor, con la pequeña no llegué ni a esta cita-, pues nada, que mi niño me sale medio criado ya.
Y tras esto me enseñó a mi bebé con todo detalle, todo su cuerpecito apretao ahí dentro, sus órganos en perfecto funcionamiento y estuvo un buen rato parada en su cara que se veía espachurradita, con los puños cerrados y juntos bajo su mentón, como un gatito. Ains, emoción infinita, no puedo decirlo de otra manera.
No me dio más datos pero al salir comprobé en mi cartilla de embarazo que la placenta y el líquido amniótico se encuentra en perfectas condiciones, me fui de la consulta sabiendo que por el momento todo marcha como debe, a la espera de que mi bebé decida venir al mundo.
Me emplazó para la siguiente visita, si llego, a las 41 semanas. Y esto me gustó, oye. Aquí no hay monitores protocolarios, ni tactos innecesarios, si todo es normal esperan a que te pongas parto sola, sin intervenir, y si llegas a las 41 semanas sin dar a luz entonces te ven de nuevo. Y me parece genial, no tengo ninguna necesidad de ir por ir y que me toquen sin motivo.
La puñeta de esta semana es que vuelvo a tener candidiasis y no puede ser más molesta e incómoda la sensación de picor y escozor, espero que remita antes del parto y ya he puesto remedio... Pero ¡era lo que me faltaba!
Hoy hago 39+2 semanas y me encuentro muy rara porque en mis anteriores embarazos a estas alturas ya tenía a mis bebés en brazos y éste, a pesar de que noto mucha presión sobre los riñones y la pelvis, parece que de momento se está aguantando, y se lo agradezco. Por lo menos que deje que vuelva su padre, no me gustaría vivir este momento sin su acompañamiento, cada nacimiento de un hijo es único, especial, digno de vivir.
Yo mientras espero voy haciéndome las últimas fotos embarazada, aunque en estos momentos son poco artísticas, más bien al contrario, naturales y totalmente improvisadas... Menos mal que los filtros mejoran un poco el resultado, pero no puedo evitar retratar estos últimos momentos.
Y como no, voy adelantando cosas en casa para que no me pille el toro con todo por hacer. Ahora mismo me voy a hacer hueco a los armarios para las cosas de mi niño y a ver si monto la minicuna y el cochecito, ya no por necesidad, es por sentir que mi bebé ya tiene su espacio en casa. Tengo la casa recogida y ordenada porque eso de ponerme de parto con todo manga por hombro me estaba matando... Aunque claro, ¡así estoy que no puedo moverme!.
Y así me hallo, esperando que no desesperando, con la intriga de no saber cuándo querrá que lo reciba con mis brazos abiertos. Que aunque me empeñe en alargar el embarazo, estoy deseando abrazarlo, esa es la verdad. Y completar nuestra familia. Ya queda menos.