Al final he tenido que tomar como costumbre resumir mis últimas semanas de dos en dos. La verdad es que tampoco sucede nada especialmente relevante como para hablar de cada semana, pero me hubiera gustado dedicarle su espacio a cada una.
Teniendo en cuenta que ya estoy de 38 semanas (y media) hasta voy con retraso. Pero si me dejo me veo pariendo sin haber reflejado mis últimas semanas de embarazo, y eso va a ser que no. Así que más vale tarde que nunca.
La verdad es que acuso bastante el final del embarazo. Supongo que las circunstancias también influyen, final de verano, vuelta al cole, pasar mucho tiempo sola con mis hijos y tener que hacerme cargo de todo... La verdad es que no está siendo fácil y mi cuerpo lo está notando sobremanera.
El problema principal es que sigo intentando seguir el ritmo y hacer todo como si no estuviera embarazada. Y no es que esté embarazada, es que estoy a escasas semanas de dar a luz, con lo que está claro que eso no puede ser. Pero no puedo evitarlo, sobre todo porque lo que no haga yo se va a quedar por hacer y no puedo permitirme dar a luz con millones de cosas pendientes.
Yo me encuentro relativamente bien dentro de mis limitaciones. Es decir, todos los achaques que tengo son normales en la etapa final del embarazo y sí, el hecho de ser el tercero y que mi cuerpo no esté en plenaforma se nota, pero viendo que puedo tirar adelante con mi casa, mis hijos y mis responsabilidades, no puedo quejarme.
Eso sí, acabo el día muerta-matá y con un dolor de espalda y pubis que eso sí que lo regalaba, oye. Al menos he conseguido adaptar el ritmo a mi capacidad y vale, me puedo tirar media mañana solo para recoger el salón de mi casa porque más rápido no puedo ir, pero lo tengo claro, cuando siento que necesito parar y descansar lo hago, tampoco me va a ir la vida en ello.
Al menos ya he conseguido dejar preparada la maleta para el hospital, por si hay que salir corriendo, pero aún me falta montar la cuna, la minicuna y el cochecito.
Se que voy a colechar con mi bebé desde el minuto uno y tengo mi cama, pero me gustaría poner la cuna en modo sidecar para ganar espacio, y antes tengo que reubicar los muebles del dormitorio. Ya se sabe, un día por otro y al final se me echa el tiempo encima.
La minicuna no es imprescindible, ni siquiera necesaria, y más teniendo en cuenta que voy a poner la cuna sidecar. Pero con mis dos peques hasta los 3-4 meses usaba un capazo de mimbre que tenía siempre en el salón y ahí es donde estaban cuando no estaban en mis brazos o fuera de casa, siempre conmigo. Ese capazo tuve que tirarlo porque se estropeó, así que he pensado en tener la minicuna en el salón para que mi bebé siempre esté conmigo.
Y el cochecito ya hablaré más a fondo de él, al final mis previsiones para reutilizar el cochecito de los hermanos mayores no han salido como esperábamos. Pero tampoco nos esperábamos poder estrenar cochecito nuevo, y así será. Aunque se que portearé a top, también se que no soy la única que saldrá con el pequeñín a la calle y habrá momentos en los que me venga muy bien el cochecito,además de que tengo a dos criaturillas deseando "pasear a su hermanito", así que entre eso y lo poco nuevo que tendrá mi niño, estoy super ilusionada con esta tontería y deseando montar el Mini Easywalker que me mira con ojos golosos desde su embalaje.
Y dejando a un lado preparativos... Lo que sí hago es intentar disfrutar a tope de todas las sensaciones que me ofrece mi pequeñín en la barriga. Que a veces son un poco molestas, todo hay que decirlo, pero aún así para mi siguen siendo maravillosas y empiezo a tener cierto pesar de saber que me queda muy poco tiempo para tener todas estas sensaciones y sentimientos.
Creo que no hay palabras suficientes para describir lo que significa llevar una vida dentro, solo se puede sentir. Y me cuesta hacerme a la idea de que pronto me desprenderé de todo ello. Me parece algo tan único y especial que saber que será la última vez en la vida me tiene en el punto de pensar que sí, físicamente estoy agotada, pero a pesar de todo seguiría así un tiempo más. Vale, no debo estar muy bien de la cabeza, lo se. Pero es que me encanta mi barriga y mi bebé dentro, no puedo evitarlo.
Así que poco a poco me voy despidiendo de mi bebé intra útero, poso una y otra vez mi mano sobre mi barriga localizando su posición, me la acaricio una y otra vez, le hablo... Sus hermanos tocan, le hablan, le dan besos... Son unos momentos muy especiales que no cambiarían con nada.
Ya me queda menos que nada, pronto tendré a mi pequeñín en brazos y confieso, reconozco y manifiesto públicamente que me siento inmensamente feliz de la familia que pronto seremos.