Se acabó el hablar de prematuro, no sabéis la tranquilidad que me da!
En cuanto a mí, cada vez me encuentro más cansada, no por tener una gran barriga, que no tengo, pero el dolor de costillas no cesa, la espalda me duele todo el día y ya hay ganas de verle la cara a mi princesa.
Empieza a hacer mella en mí la impaciencia, y con ella viene el mal humor.
Esta semana me he llevado de regalo una infección de orina considerable y anemia, y si lo juntamos con la idea de la cesárea pues…no soy la persona más simpática del mundo ahora mismo. Aunque hoy ya lo voy viendo todo un poco mejor.
Lo bueno? Que como mucho me quedan dos semanas! Miedos? Muchos, ganas? Más aún.