¡Muy buenas! Estamos a 11 de enero y ya es ahora de contaros qué me he propuesto mejorar en este 2019 y el porqué. Te adelanto que mis propósitos de año nuevo son muy prácticos y están centrados en mí. Después de traer Minis al mundo en 2016 y en 2017, el 2018 ha sido un año de “recolocación” en todos los sentidos. Haber pasado de una a dos y de dos a cuatro casi sin darnos cuenta, ha hecho tambalear nuestro equilibrio. Lo que me servía antes de tener dos Minis revoloteando entre mis pies, ya no me vale.
Empiezo contándote mis propósitos de año nuevo por el final. Es decir, explicándote por qué me lo he propuesto y lo que quiero conseguir con ello.
Mis propósitos de año nuevo
Falta de tiempo
Mi doble maternidad me ha llevado a estar de excedencia maternal los últimos dos años, y desde entonces tengo menos tiempo para mí que nunca. Y te confieso que esto lo llevo fatal. Es por ello que uno de mis propósitos de año nuevo va dirigido a solucionar este problema. Cuando tengo tiempo para mí, estoy de mejor humor. Además, me siento mejor y pienso con más claridad. Todo ventajas. De lo contrario, siento mucha frustración y me convierto en alguien un pelín insoportable.
Necesidad de avanzar
A nivel familiar no me puedo quejar. Más bien tengo que decir que no podría estar mejor. Tengo dos Minis que están sanos y me alegran la vida. Y un maridazo que es lo mejor que me ha podido pasar. Peeeeero, (siempre hay un pero), necesito avanzar. Después de este parón que la maternidad alemana te da, tengo hambre de desarrollar otras facetas. Volver a mi Yo personal y despedirme unas cuantas horas al día de mi Yo maternal.
Falta de energía
Lo he notado a menudo, sobre todo este último año. A pesar de que había noches que dormía las ocho horas reglamentarias y de una vez, me sentía sin energía. Una vez que compruebo que dormir lo necesario no es suficiente para recargar pilas, me tengo que buscar una forma de mantener mis niveles de energía lo más arriba posible.
Entonces, ¿cuáles son mis propósitos para este nuevo año?
Organización
Ya te lo adelantaba el otro día. Creo firmemente que la solución a mi falta de tiempo pasa por ser más organizada. No es que fuera super organizada antes, pero estar en la oficina de 9 a 6 te obliga de algún modo a planificar. Estando en casa, es como que da igual qué hagas a qué hora. Y en realidad sí que importa.
Lo primero que hice al regresar de las vacaciones, fue tomarme el tiempo de pensar cómo me quería organizar en el día a día este año. Para ello reflexioné sobre qué tareas hay a diario y qué se puede planificar. (Comidas, compra, limpieza). Frente a lo que no se puede planificar pero que puede ocurrir (Minis en casa por resfriado, citas espontáneas a las que tienes que ir). Prometo post contándote qué tal me va.
Vida saludable
Creo que este propósito de año nuevo es el más repetido. Pero también el más fácil de olvidar al segundo día. Comer bien, beber agua regularmente (soy un cactus desde que soy madre. Olvido beber agua) y hacer deporte un par de veces por semana, es algo que a mí me supone todo un reto. Es fácil recurrir a la pizza congelada (y no descarto seguir haciéndolo) pero si te organizas, comerte una menestra de verdura o un plato de garbanzos puede ser igual de rápido y mucho más sano. Y no sólo eso. Te sentirás mejor y eso influirá en tu estado de ánimo. Lo mismo ocurre con el deporte. Lo malo es encontrar un hueco en el día para ir a hacer deporte. Porque son dos horas mínimo que se van, a no ser que lo hagas en casa o tengas en gimnasio en frente.
Dejar miedos atrás
Todos tenemos miedos. Miedo al futuro, a la incertidumbre, al resultado de algo en concreto. Pero el miedo paraliza, y no ayuda en nada. Además, si piensas que un alto porcentaje de las cosas que nos dan miedo nunca suceden, resulta que el miedo se transforma en una gran pérdida de tiempo. Y lo que es incluso peor, una gran pérdida de energía.
No ser tan exigente conmigo misma
Y después de todo esto que te he contado, te digo que mi otro gran propósito junto con la organización, es el de no exigirme demasiado. O dicho de otro modo, ser más benevolente conmigo misma. El otro día una amiga me decía esto mismo después de soltarle un rollo de media hora sobre mi vida y sobre cómo me siento. “No te exijas tanto” fue su respuesta.
Este propósito lo he “incluido” de algún modo en mi planificación semanal. En ella me he dejado dos horas a media mañana que usaré para seguir trabajando, para salir a hacer deporte o para, si veo que lo necesito, salir a que me de el aire o a tomar un café. Darme un capricho tonto que me llene de energía para lo que quede de día. A veces no se trata de echar muchas horas haciendo algo, sino de conseguir resultados trabajando de forma eficiente. Menos puede ser más si se está al cien por cien. Y si no se llega al objetivo planteado, ya habrá más oportunidades para mejorar.
Empezar mi propio proyecto
Es uno de mis grandes propósitos para el 2019 y lo que me ha hecho replantearme todos los demás. Siempre quise dedicarme a lo que me gusta y ha llegado el momento de intentarlo. Llevaba dándole vueltas varios meses y estas vacaciones me sirvieron para colocar ideas y decidirme. ¿De qué se trata? De momento no puedo adelantar demasiado, pero sí te diré que está vinculado al mundo de los Minis y que ¡creo que te va a gustar!
Esto de tener un blog tiene muchas ventajas, y una de ellas es que puedo recuperar mis propósitos de año nuevo de hace ya dos años. (Aviso que estoy repitiendo propósito). ¡A ver si en este 2019 es la definitiva!
¿Qué te has propuesto tú este año? ¿También has centrado en tí todo lo que te gustaría cambiar o mejorar? ¿Cómo haces para conseguir lo que te propones y no verte abandonando unas semanas más tarde?
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