Decía un conocido ensayista francés al que le encantaban los niños: ''nunca subestimes el juego de un niño, porque, ése juego para él, es una actividad muy seria''. ¡No puedo estar más de acuerdo con esta frase! Y seguro que la gran mayoría de vosotros, papás y mamás, coincidís conmigo por eso Deja que tu hijo juegue.
Deja que tu hijo juegue y es que los peques necesitan invertir parte de su tiempo en actividades lúdicas y creativas en las que dejen volar su imaginación. Hoy en día, como papás y tutores, tenemos un montón de herramientas para hacer que esos juegos no sólo sean entretenidos, sino que fomenten su desarrollo. Pero por si acaso, aún andáis algo perdidos, sobre cómo poner en marcha ésas herramientas o quizá, sobre de dónde sacar inspiración, durante algo más de dos meses voy a compartir con vosotros una serie de post con trucos y consejos. Pero eso será en el segundo post, porque en las próximas líneas quiero contaros por qué es importante que jueguen vuestros hijos pequeños.
Deja que tu hijo juegue y descubre ¿A qué edades los bebés empiezan a interesarse por el juego?
Se podría decir que, prácticamente desde que tu bebé viene al mundo, denota interés por su entorno y muestra empatía por los diferentes juegos, cánticos, caricias y demás gestos que le proporcionan sus semejantes. Esto, se podría traducir en una fase temprana, de gusto por lo lúdico, por el entretenimiento, en definitiva, por el juego. Y es que ¿a quién no le gusta pasar un buen rato? Pero no subestimemos al bebé, porque, como decíamos, desde muy chiquitito ya muestra interés por conocer e indagar en su limitado entorno.
Se podría decir que existen 2 etapas claras en el Juego del bebé. La primera, de los 0 a 6 meses, en la que tan sólo podemos estimular sus sentidos gracias a texturas y sonidos y con la ayuda de mordedores o muñecos de goma. La segunda y más amplia (algunos expertos la subdesarrollan en mini fases) que consta de los 0 a 4 años de edad aproximadamente. En esta fase, el bebé empieza a sentirse atraído por todo su entorno y no quiere dejar de explorar y de aprender. Es ahí donde entramos en juego ¡nunca mejor dicho! nosotros, los adultos que motivaremos su aprendizaje.
¿Preparados?
El juego les hace ser mejores personas, más capaces, más felices
A muchos os sorprenderá, pero la mayor parte de los expertos en psicología infantil apuntan que el juego es algo innato en cualquier niño. No es una simple actividad que aprenda de su entorno o que, de repente, copie de sus semejantes. Es por ello, que el juego es, casi, una necesidad vital, algo básico en el día a día de cualquier pequeño sano y feliz. Pero cuidado, porque donde sí podemos entrar los adultos es en el terreno de ''cómo jugar'' para poder ayudarles, al mismo tiempo, en su desarrollo.
Hay infinidad de juegos que pueden fomentar en tu bebé su gusto por aprender, explorar, construir o indagar en su entorno. Y más concretamente, mejorar aptitudes como la creatividad, la autonomía, la responsabilidad o el esfuerzo.
En el siguiente post, os hablaré de Los juegos de construcción, uno de los mejores aliados en lo que os comentaba de fomentar que aprendan jugando. ¿Las razones? Gracias a estos juegos, tus hijos podrán poner en práctica el reconocimiento de colores y de texturas, pero también se convertirán en pequeños arquitectos, construyendo a imagen y semejanza de su propias ideas y sueños. ¿Os quedáis con más ganas? ¡Nos vemos en el próximo post!