Te das cuenta que hay tipazos increíbles después de haber sido bimadres y trimadres, vientres planos y cero celulitis, Y te preguntas, ¿cómo lo hacen?
O peor, ¿cómo puedo conseguirlo yo? Y tu cabeza no para de recriminarte todos esos excesos que haces y te juras y perjuras, que a partir de ahora piensas llevar a rajatabla la operación bikini.
Y me vino a la cabeza la conversación que tuve con mi cuñada, hace unos cuantos años (ni siquiera me había casado!), en la que me contaba que cuando vio aparecer los primeros indicios de celulitis, se fue a una nutricionista que le recomendó que lo primero que tenía que hacer es eliminar de su dieta el queso y los embutidos.
Me acuerdo que por entonces, yo le dije que ese era un sacrificio demasiado grande para mí, que no podía renunciar a esos manjares.
Y que haciendo un poco de ejercicio, y con las cremas anticelulíticas, igual podía frenar el avance de tan indeseada piel de naranja.
Pero todas aquellas buenas intenciones, ahora que soy madre, se han quedado en eso, en intenciones. Ya no me doy cremas anticelulítias, salgo a correr sólo una vez por semana, que para mí es una terapia de desconexión semanal...y de la alimentación ni hablamos.
Así que después de la experiencia piscinera, he decidido que no quiero tener las piernas como un queso de gruyere y por tanto:
Voy a volver a darme cremas anticelulíticas y mi elegida ha sido ésta.
Voy a cuidar mi alimentación, declarándole la guerra al queso primero y si gano la batalla, después iré a por los embutidos.
Ya os adelanto que me va a ser muy dificil, y más cuando mi madre, que parece que quiere sabotear mi plan, me ha traído de Galicia un queso de tetilla. ¡Qué cruz!
Voy a hacer ejercicio, al menos dos veces por semana.Dádme ánimos porque esta batalla se presenta muy dura!
TU TURNO: ¿Te apuntas a mi guerra particular? ¿Qué más recomendaciones nos harías para vencer a la celulitis? ¿Crees que lo conseguiré o sucumbiré al queso de tetilla?
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