La pregunta del millón siempre es: ¿se le debe permitir a los niños acceder a las redes sociales? ¿es adecuado el uso de redes sociales por niños? ¿les debemos permitir a nuestros pequeños abrirse una cuenta en las redes sociales más populares? ¿desde qué edad pueden los niños acceder a las redes sociales?
Creo que todos estamos de acuerdo con que las redes sociales más conocidas y usadas no son la mejor opción para los chicos pues los exponen a demasiados riesgos. Pero, acaso ¿eso significa que las redes sociales exclusivas para niños son una buena (mejor) opción? Porque quizá no muchos lo sepan, pero existen redes sociales exclusivas para niños. Estas redes son monitoreadas, filtradas y exigen el consentimiento de los padres para poder acceder. Así las cosas, ¿debemos mantener a los chicos alejados de las redes sociales populares y dejarlos acceder a aquellas exclusivas para niños? Depende. Depende de qué es lo que nos molesta de las redes sociales. ¿Nos molesta que estén expuestos a contenido inapropiado y en contacto libre con mayores de edad? O, ¿lo que nos molesta es que tengan más horas de pantalla y “relajo” con sus amigos?
Si lo que nos molesta es lo segundo, entonces las redes sociales exclusivas para niños no son una alternativa para nosotros. Pero, ojo acá y mucho cuidado con el doble discurso. Si no vamos a permitir a nuestros hijos el uso de ningún tipo de red social, entonces tampoco debemos permitir el uso de videojuegos interactivos pues porque al final funcionan de manera muy similar a una red social y también debemos a restringir su acceso a tablets, smartphones y similares pues, aportan varias horas de pantalla también.
De otro lado, si nos molesta que en redes sociales estén expuestos a contenido inapropiado, que puedan ser víctimas de grooming, sexting, ciberacoso y cuánta cosa existe, debemos empezar por resistir la tentación de abrirles una cuenta antes de la edad mínima sugerida por las propias redes sociales (en Facebook, Instagram y Musical.ly 13 años), debemos ponerles reglas de uso y acompañarlos constantemente. No basta con obligar a nuestros pequeños a que nos tengan entre sus contactos, si no que debemos tomarnos el tiempo de enseñarles a navegar en las redes. Enseñarles lo que se debe compartir y lo que no, enseñarles el tipo de lenguaje que queremos que usen, a detectar a posibles acosadores y, sobre todo, enseñarles la regla de oro: NO escribas o compartas en redes lo que no te atreverías a decir o compartir en persona.
Finalmente, creo que debemos guiarnos por nuestro sentido común. Las redes sociales están acá y no se van a ir y cada niño es un mundo en sí mismo, y de su madurez y responsabilidad dependerá cuándo y cuáles redes le permitiremos usar. Ahora, si me preguntan qué pienso hacer yo como neuromamá, pues yo sí pienso dejar que mis hijos utilicen las redes sociales a las edades sugeridas por las mismas (13+) y como neuro que soy les pondré reglas, límites y por supuesto, sabré sus claves. No podemos ir en contra de la tecnología, no podemos ir en contra de los nuevos medios de socialización, pero sí podemos – como padres – conocer el funcionamiento de las redes y acompañar a nuestros hijos haciéndoles entender que debemos supervisar dónde y cómo navegan y de paso, meter nuestra cucharita en su vida social .