Los sangrados en el embarazo es un tema que suscita muchos miedos. Normal, yo soy la primera a la que le daba pavor encontrarse con esa situación. Cierto es que muchas veces son indicativo de que hay algo que no está bien, pero también es verdad que muchas otras no deberían suponer un motivo de preocupación.
Es un tema del que se habla poco y del que, como pasa con muchos otros, se debería hablar más. No voy a decir que los sangrados en el embarazo sean la cosa más normal del mundo, pero si es verdad que son mucho más comunes de lo que pensamos. Seguro que si preguntáis os encontráis con muchos más casos de los que os imagináis.
Yo tuve sangrados en el embarazo en las 3 ocasiones de mi vida en las que he visto un positivo. Como ya os he contado, las dos primeras veces no salió bien, pero la tercera sí. Imaginaos mi cara cuando después de dos abortos, volví a encontrarme por tercera vez en la misma situación. Lo primero que pensé fue “otra vez todo a la mierda”. Así, tal cual.
Las otras veces el sangrado se había producido antes de llegar a escuchar el latido. En la última ocasión en cambio, se produjo después de ese momento, así que nos fuimos directos y muy acojonados a urgencias. Allí me revisaron y vieron que no era un sangrado activo, que seguía habiendo un maravilloso latido y con las mismas me mandaron para casa.
No había motivo de preocupación, no me mandaron reposo, lo consideraron algo de lo más normal, y yo flipe porque siempre había tenido la idea, y más después de mis anteriores experiencias, que un sangrado en el embarazo no debía suponer nada bueno.
La diferenciación principal que deberíamos ser capaces de hacer, es distinguir entre manchado y sangrado. Un sangrado activo, doloroso y que se dilata en el tiempo es muy probable que sea resultado de una complicación en el embarazo. Puede ser el primer síntoma de un aborto espontáneo o un ectópico por ejemplo.
Por el contrario si se trata de un manchado, unas cuantas gotas que no llegan a cubrir una compresa y que no supone dolor, no deberíamos preocuparnos. Pequeños manchados pueden producirse por la implantación, un cambio hormonal, alguna infección. Motivos varios.
La teoría dice que si hay un sangrado se debe acudir a un profesional y que en caso de un manchado no es necesario. Me gustaría ver al que dice esto quedarse en su casa viendo la tele cuando estando embarazado o embarazada se ve en la segunda situación. Yo peco un poco de loca, pero ¿qué queréis que os diga?, prefiero darme el paseíto a urgencias y quedarme tranquila que andar con el “run run” en la cabeza.
En mi caso los sangrados en el embarazo se repitieron un par de veces más con su consecuente acojone. Yo viví cagadita de miedo casi todo el embarazo y creo que aunque se me fue un poco la pinza, algún que otro motivo si tenía para estar un poco alerta. Afortunadamente y a pesar de todo, como sabéis, hubo final feliz.
¿Pasasteis vosotras por algún manchado o sangrado en el embarazo?