Han pasado 3 meses desde la última entrada, en la que me iba a relajar y ponía esperanza en el final del verano. Y sí me he relajado, he pasado unas vacaciones en las que he conseguido relajarme de verdad, de hecho este último mes he tenido síntomas claros de ovulación.
Lo he llevado bastante bien, pero este sábado creo que todo ha explotado un poco. El sábado siendo mi día 22 del ciclo (ya se que era muy pronto), me hice un test por si salía un rayita muy tenue, y era negativa, bueno, vale, respiremos y sigamos esperando. Pero teníamos comida familiar, y en un momento en el que todo el mundo hablaba y afortunadamente no se dieron cuenta, mi sobrina de 8 años me preguntó "Tía ¿tu bebé era tan pequeño que se murió?" Me quedé blanca. Si hubiera tenido algo en la boca me habría atragantado. No me lo esperaba, y no supe que contestarla, miré a mi alrededor a ver si alguien la había escuchado, y agradecí que no, porque no quería que todos corrieran a decir lo primero que se les pasara por la cabeza para que la niña tuviera su respuesta y a mi no me molestara, eso habría sido peor. Le dije que sí, ella me expresó sus ganas de un primo y yo le dije lo de siempre, que la carta a la cigüeña estaba mandada, y lo mismo se había perdido.
Por la tarde quedamos con unos amigos en un cumpleaños, y tuve una charla de unos 40 minutos sobre mi situación con una amiga que con 45 años tiene un niño de 6 meses. Al final hablar de esto mientras le da el pecho, y rodeada de niños, aunque yo piense que no me afecta, me afecta.
No se si sería que con un par de cervezas me pongo más tontorrona, pero fue llegar a casa y empezar a llorar. Necesitaba desahogarme de todo el día.
Estos días son los que me hacen volverme impulsiva en cuanto a tomar decisiones sobre mi fertilidad, pero quizá también lo necesite y dejar de esperar, esperar y esperar.
Ya tengo cita para la histerosalpingongrafía, y también hemos pedido cita en Ginefiv para el 8 de noviembre. Quizá sea precipitado, quizá no, pero nadie me dice qué hacer y me guío por mi instinto. También porque no puedo más, todos los meses un negativo, todos los meses 15 días de progesterona que no me dejan concentrarme en nada, que me dan síntomas que me hacen pensar que ese mes sí, que hace ya un año del segundo embarazo, y que cada vez que le saco el tema a mi marido de lo que he pensado ese día, acabamos discutiendo, él no quiere darle más vueltas y siempre va a ser lo que yo quiera. Me siento muy sola y no se hasta donde podré llegar.
Anoche le dije que tenía dudas en el tema de la clínica, aunque habíamos dicho que para octubre si no había resultados pediríamos cita, bueno lo dije yo, él se deja llevar, pero tengo dudas. No es por el dinero, es un poco todo, se supone que por edad me recomendarían una IA, y eso supone pincharme varios días seguidos, ecografías cada dos días, y la presión que supone.
Además no voy a la clínica que quiero, después de mucho indagar, mi médico me recomendó 3 clínicas, y por suerte las tres tenían un horario hasta las 21 o 22 de la noche, genial para mi y para no tener que pedir tardes en el trabajo. Me decidí por MadridFIV, por las estadísticas que vi en la Sociedad Española de Fertilidad. Pero cuál es mi sorpresa, que el horario es un engaño, pone que atienden hasta las 21h, pero no es cierto, la última cita es a las 19h, por lo que imposible. Asique pregunté en mi segunda opción, Ginefiv, y no nos ponen ningún problema.
Pensé en ir a otro ginecólogo a pedir una segunda opinión, que me confirmara que tomar la progesterona me venía bien, que era estaba en el camino, pero mi marido no quiere volver a cambiar de ginecólogo y quedarnos donde estamos.
De momento iré a esas dos citas y pensaré en mi segundo paso, ya que si le doy más vueltas me va a explotar la cabeza.
Señora S.