El otro día me di de bruces con esa pregunta. Parece inocente pero tiene su miga, ¿qué pensaría? Pues así, a bote pronto ya me surge una duda, ¿se refiere a qué pensaría si mi yo niña se encontrara con mi yo adulta o si mi yo niña me juzgara a modo de conciencia, pidiéndome cuentas de lo que soy hoy?
En el primer aspecto no sé si me aguantaría (porque es ahora y a veces ni me aguanto). En algunos aspectos me parecería divertida aunque en otros no. Me imagino que me molaría en mi faceta más permisiva o más inquieta y me detestaría en mi ramalazo autoritario y controlador. Pero creo que en definitiva me caería bien, como le caigo a los amigos de mi hija (o eso creo).
Si fuera mi yo niño el que me pudiera ver y juzgar ahí si que lo tengo clarísimo: estaría orgullosa de mi. Creo que le gustaría mi familia, mi trabajo. mis amigos... La relación que tengo con mis padres, mi hermana, mi familia en general.... Estaría satisfecha de mis aficiones, mis creencias y fliparía con mi trabajo. No sé si entendería el por qué en muchas ocasiones me he quedado en un segundo plano o me he dejado anular o pisotear. Pero entonces tendría que explicarle que gracias a eso hoy soy como soy.
Creo que si ese yo niña hubiera podido ver un minuto de mi yo actual hubiera pasado con más entrega y resignación todos esos malos momentos que me ha puesto por delante mi vida, porque entonces hubiera sabido que todo esfuerzo tiene su recompensa. Porque, por muy larga y pesada que sea la fila del cine, la espera siempre es más llevadera y merece la pena, cuando sabes que vas a ver un peliculón.
Y ahora me pregunto, conociendo mi yo del futuro, ¿hubiera cambiado algo? Por supuesto que si: hubiera hecho más deporte, cuidado mi alimentación, estudiado más inglés, disfrutado más de las oportunidades que me ha brindado la vida y hubiera creído mucho más en mi. ¡Ah! y también hubiera diseñado puentes. Pero esa, es otra historia.
Y tú, ¿que pensarías de ti? ¿eres lo que un día soñaste ser? ¿tienes miedo de rendirle cuentas a tu yo niño?
¡¡¡FELIZ MARTES!!!