Así que cuando me convocan confirmo enseguida y cruzo los dedos para que no se tuerzan todos los factores que tienen que alinearse para que yo pueda acudir a la misma.
Esta fue una de esas ocasiones y los astros estuvieron de mi parte para pasar una mañana de lo más agradable con la gente de UNICEF y de IKEA descubriendo juntos #ElPoderDeLaInfancia algo que es evidente, que es arrollador pero que a veces nos cuesta verlo y apoyarlo como se merece.
Una mañana en una de las tiendas IKEAde la Comunidad de Madrid y con simulacro de evacuación incluído… sí, de todo y para todos los públicos.
¿Para qué estamos convocados?
Para hablar del valor social de la infancia, de su poder para crear un mundo mejor y más justo, de nuestra obligación para facilitárselo.
Javier Martos, está en el acto como director ejecutivo del Comité Español de UNICEF, Antonella Pucarelli es la directora general adjunta de IKEA Ibérica y también nos dirige unas palabras sobre esto.
Quizás la que más concrete las acciones y hacia la que se dirigen un mayor número de preguntas es Mercedes Gutiérrez, responsable de sostenibilidad de la empresa sueca en nuestro país.
UNICEF ha conseguido que IKEA colabore con ellos en distintos programas y este de #YoPidoPacto es de los más ambiciosos y también necesarios, implica nada menos que impulsar un pacto de estado por la infancia de nuestro país.
Un pacto para proteger a los niños de la pobreza, para lograr la igualdad real de oportunidades para todos los niños, algo que esta crisis y las políticas que lleva nuestro gobierno no sólo no está consiguiendo sino que lo está convirtiendo en una meta cada día un poco más lejana.
Respetar, proteger, preservar y promocionar los derechos de los niños y niñas, algo que debería ser una realidad porque es algo obvio, algo que no tenemos derecho a quitarles y sin embargo, es algo sobre lo que UNICEF pide el apoyo y el compromiso de todos, contando entre otros con el compromiso de IKEA.
Lo mejor en estos casos es predicar con el ejemplo y la verdad es que las cifras que nos ofreció Mercedes a todos los asistentes fueron muy gratificantes.
¿Se podría hacer más?
¡Seguro! Pero también es verdad que están en ello, que abren puertas a sugerencias y que plantean la necesidad de la implicación de todos. Además, sinceramente, siempre me ha gustado lo de “pensar en local y actuar en global” y gigantes como IKEA pueden, deben y saben hacerlo.
A veces es gratificante poder hablar de buenas prácticas ¿qué no?
Durante 2014, IKEA realizó más de 1.100 auditorías entre sus proveedores de productos y de servicios, auditorías destinadas a dejar de trabajar con aquellas empresas en las que estuvieran trabajando niños.
Se jactan y yo me alegro de plantear una tolerancia cero al trabajo infantil.
Los niños deben estar aprendiendo y no trabajando, jugando y no trabajando, creciendo y no trabajando.
A nivel internacional la multinacional sueca a través de su Fundación, financia proyectos impulsados por UNICEF, ACNUR y Save the Children, proyectos que tienen una continuidad a lo largo del tiempo y que han llegado a beneficiar a más de cien millones de niñas y niños en distintos países del mundo.
Cien millones son muchísimos pero no podemos olvidar que quedan aún muchísimos más por ayudar a los que todos les debemos una respuesta.
Pero en el ámbito local me gustó saber que cada una de las 16 tiendas que hay en nuestro país, puede plantear una acción en su entorno más cercano, esa implicación crea un tejido solidario que perdura, que hace fuerte a la comunidad, que ayuda no sólo a la empresa (es innegable que su imagen es estupenda y se lo gana) sino al entorno desfavorecido, en este caso a los niños.
Proyectos como “Dona y Redona”, los acuerdos de colaboración con ONGs como “Menudos Corazones”, amueblar las salas de espera infantiles de distintos hospitales, participar en carreras solidarias por parte de los trabajadores de IKEA. Pequeños gestos sí pero pequeños gestos que suman… que nos cambian a todos por dentro y nos hacen mejores.
La iniciativa Cable IKEA es quizás una de las últimas medidas que la empresa ha implementado para ayudar económicamente a sus trabajadores, la verdad es que suena un poco paternalista, es cierto pero dada la situación en la que viven muchas familias en este país, ese fondo de ayuda a empleados que de pronto se encuentran en una situación de emergencia económica y del que ya se han beneficiado casi dos centenares de familias de trabajadores de la empresa… pues es evidente que es más que necesario a día de hoy.
Ya veis que hablamos de infancia, aquí y allí.
De niños a los que el tiempo de preocuparse por jugar, por darle patadas a un balón o por saltar a la comba se les está devolviendo con iniciativas como esta.
Por cierto, es evidente que yo también, sí… #YoPidoPacto ¿y tú?