Antes de que Lucas cumpliese un año, nos tocó el primer ingreso. En esa ocasión el diagnóstico fue bronquiolitis. Por suerte para muchos niños, la mayoría de las veces se queda en un caso aislado. Pero por desgracia para nosotros, nuestro camino por las afecciones respiratorias no quedó ahí. Cada invierno, coincidiendo siempre con algún resfriado, los mocos obstruían los bronquios de Lucas y acabábamos en urgencias más veces de las deseadas, terminando ingresado en algunas ocasiones. Desde luego, si habéis pasado por momentos así, coincidiréis conmigo en lo mal que se pasa, ver a tu pequeño con dificultad respiratoria, con oxígeno y mascarilla, cansado y apagado es frustrante.
Con el paso de los años y su maduración y desarrollo, estos episodios tan graves fueron quedando atrás, aunque en su caso, el asma nunca le ha abandonado. Y aunque ya hace unos 5 años que no vamos a urgencias ni ingresa por este motivo, vive casi enganchado a los inhaladores, medicación que le ayuda a prevenir los episodios de asma y a tratarlo cuando aparece.
Para tratar los casos de bronquiolitis, bronquitis y asma se usan medicamentos específicos, como broncodilatadores, que abren los bronquios y ayudan a que el oxígeno llegue mejor y corticoides, que desinflaman los bronquios, previniendo su obstrucción. Y para administrar estos medicamentos existen dos formas distintas, que es lo que os voy a explicar aquí. Aunque también existen en jarabes, está claro que la vía inhalada es la más adecuada, pues llega directa al árbol bronquial y tiene menos efectos secundarios.
Inhaladores ? Son aparatos portátiles que liberan una dosis de medicación, bien en forma presurizada, que se libera al apretar el inhalador, bien en forma de polvo seco, que se libera al inhalar profundamente el medicamentos del dispositivo.
Nebulizadores- Son aparatos eléctricos o a pilas que trasforman el medicamento en pequeñas gotas que se inhalan a través de una boquilla.
Mr. Hippo, nuevo aerosol de PIC Solution para los más pequeños de la casa, para que los nebulizadores sean como un juego
Ambos dispositivos sirven para tratar o en su caso, prevenir afecciones respiratorias.
Basándome en mi experiencia, tanto como madre de un niño asmático como enfermera, os quiero contar un poco las diferencias entre ambos dispositivos.
En España, en general, se tiende a usar más los inhaladores en el ámbito domiciliario. No así en el hospital, donde la aerosolterapia está más difundida.
Inhaladores
Ventajas
Tamaño pequeño, se puede llevar a cualquier parte
Rapidez de uso, en caso de necesidad no hay que preparar nada.
Los inhaladores de polvo seco son más fáciles de usar que los cartuchos presurizados y se pueden usar más o menos a partir de los 6-7 años, lo que facilita el uso por parte del niño en el colegio.
Precio, es bastante más barato que un nebulizador, hay cámaras de inhalación que las receta el seguro.
Inconvenientes
Mal uso de los cartuchos presurizados si se aplican de forma directa en la boca. Hay que usarlos con cámara espaciadora durante la infancia.
Mal uso incluso con cámara espaciadora. Por mi experiencia profesional, más de la mitad de los padres aplican el inhalador de forma incorrecta, tanto en tiempo como en número de dosis. Necesaria la educación por parte de personal cualificado.
Elección incorrecta de la cámara espaciadora. Hay varios tamaños y hay que elegir una cámara adecuada a la edad del niño. Usar una cámara más grande impedirá el correcto tratamiento.
Nebulizadores
Ventajas
Fácil uso, incluso en niños muy pequeños que no colaboran, sólo hay que situar la mascarilla en la boca y nariz, no hay que realizar ninguna coordinación
Indicada en situaciones de broncoespasmo agudo, cuando no se pueden hacer inhalaciones profundas.
Se pueden usar sin medicación, sólo con suero fisiológico para mantener las vías aéreas humedecidas, ayudando a la fluidificación y expulsión del moco.
Se pueden usar para toda la familia, en caso de resfriados, siempre manteniendo unas estrictas normas de higiene.
Inconvenientes
Ocupan gran espacio, es difícil salir con ellos a la calle.
Hacen ruido, por lo que algunos niños pueden asustarse al principio.
Hay que invertir unos 10-15 minutos para administrar la medicación, lo que supone estar sentado y tranquilo todo ese tiempo.
Precio, es bastante más elevado que una cámara de inhalación.
En caso de necesitar usar medicaciones para el asma o para el tratamiento de la bronquitis, es necesario consultar con el pediatra o con el alergólogo las diferencias de estos dispositivos y ver cuál sería el más indicado en cada caso. Cada uno de ellos tiene sus ventajas e incovenientes y habrá que valorar cúal es el método de elección más adecuado.