Para empezar, una de las grandes consecuencias es la implementación del teletrabajo y la educación a distancia (conocida también como homeschool) y su consecuente aumento en el uso de aparatos electrónicos, pantallas, tablets y etc. por parte de los niños (y valgan verdades) nosotros los adultos también. A nivel personal, esta cuarentena también ha cambiado muchísimo mi visión sobre el uso de la tecnología por los niños. Sé que no soy la única cuya visión ha cambiado pues, he comentado este tema en varios chats de madres.
Siempre abogué por un uso restringido y supervisado de los smartphones y tablets por parte de los niños. En mi casa la regla era no celulares hasta los 12 años y videojuegos solo los fines de semana. Y digo era, en tiempo pasado porque el coronavirus llegó, impusieron la cuarentena y hoy por hoy mis hijos no solo pasan horas frente a tablets o computadoras sino que también, su principal fuente de entretenimiento son los videojuegos o alguna otra pantalla y para remate – para poder hacer una educación a distancia más eficiente – no me quedó otra más que darle un smartphone (uno viejito que -felizmente- tenía por aquí) a mi hijo de 10. Encima, como si eso no fuera suficiente me arrepiento en el alma de haber tenido esa política estricta de no tecnología poderosa para menores de 13 y así ninguno de ellos tiene un tablet o smartphone propio. Ahora andamos rotando un Ipad viejito que tenía por acá y tuve que sacar de los escombros una laptop a la que ya había dado bajo y había puesto en la bolsa de donaciones.
Ahora, una de las primeras compras que quiero hacer en cuanto levanten la cuarentena es (y ni yo misma me lo creo) comprar un smartphone para mi hijo pues veo que realmente utiliza muy bien el viejito que tiene y lamentablemente, no es tan poderoso como necesita. Además, también compraré tablets con teclado y con mucha memoria y velocidad para mis hijas (ya no quiero tener que prestarles mi compu).
Siempre le tuve mucho respeto a las nuevas tecnologías. Los smartphones y tablets son herramientas muy poderosas (y nos lo están demostrando) y su uso por niños pequeños no me parecía lo más conveniente pero, dadas las circunstancias he cambiado de opinión y considero que (con una buena supervisión y conversación de #neuromamá ) los niños pueden beneficiarse muchísimo de estas tecnologías tan útiles y potentes y que hoy por hoy se han vuelto tan necesarias. Obviamente, el tener uno de estos aparatos no debe significar que tengan acceso libre a las redes sociales, y en mi opinión, ni que deban tener cuentas propias en redes sociales.
¿Alguien más está así? ¿Alguien también ha cambiado radicalmente de opinión sobre el uso de tecnología en los niños?? ¿O quizá han cambiado de opinión en alguna otra cosa?