Que bonita, limpia y ordenada teníamos la casa cuando todavía no teníamos hijos ¿verdad? Esta es una de las cosas que cambian cuando empiezan a llegar los hijos. A medida que van creciendo y sobretodo cuando ya tienen 4 o 5 años, nuestra casa se puede convertir en todo un caos del desorden.
Juguetes por el salón, por los dormitorios, ¡hasta en el baño! el desorden es algo característico de una casa dónde viven niños, y cuánto más niños... ¡más desorden!
Por eso es importante inculcarles desde bien pequeñitos que sean ordenados. Primero tenemos que ser nosotros los ordenados, ya sabéis que los hijos hacen lo que ven en los padres, así que si sois de los que dejáis las cosas en cualquier sitio, seguramente vuestros hijos sigan este 'mal ejemplo.
Un consejo que os doy como madre de 4 niños... es que por mucho que el niño no quiera ordenar.. ¡no os rindáis! lo peor que se puede hacer es rendirse y acabar vosotros recogiendo sus cosas. Hay que enseñarle que hay que ordenar porque hay que ordenar, así como cuando hay que comer porque toca comer, o si hay que bañarse porque toca baño. Si os mantenéis firmes, al final el niño acabará recogiendo!
Otro error en el que caen muchos padres es chantajear... 'mira, al final mamá cansada de todo el día tiene que ordenar tu habitación'... es por ejemplo una de las muchas frases de chantaje que pueden llegar a provocar sentimientos de culpabilidad al niño. Así que lo mejor es la disciplina, ser constantes y no rendirse!
Imagen: elad abraham / flickr
¿vuestros hijos son ordenados?