Lo que yo entiendo por tener éxito en la vida no es conseguir grandes riquezas, poder o fama, sino tener las necesidades cubiertas, saber disfrutar lo que tenemos, amar, sentirnos amados, ser útiles y sentirnos valorados.
En 1916 Stern, Psicólogo alemán, acuñó el concepto de Coeficiente Intelectual (CI), que es el dato numérico que indica las habilidades cognitivas de una persona. A partir de entonces la inteligencia de una persona se midió con este término. Pero una persona con un elevado CI no tiene garantizado el éxito de su vida. Pongamos por ejemplo a Hitler tenía un elevado CI, pero tenía mermadas otras capacidades y tuvo un final desastroso.
En 1985, Howard Gardner distinguió diversas formas de inteligencia: lingüística, lógico-matemática, corporal-cinestésica, espacial, musical y personal. Esta distinción, ofrece una visión integral de la persona. La inteligencia personal conforma lo que se ha comenzado también a llamar inteligencia emocional. Esta última es un poco como el cemento de la mente, una persona con un buen desarrollo de la inteligencia emocional reconoce los propios sentimientos y los ajenos, se motiva, maneja bien las emociones en si mismo y con los demás. Esta persona, sí tiene garantizado el éxito en la vida.
Nuestros hijos e hijas con SPW no tienen un CI elevado, la gran mayoría no llega a nivel medio, y suelen presentar una compleja problemática que puede afectar a la mayoría de estas formas de inteligencia, aún así, yo estoy plenamente convencida de que con una educación integral y trabajando especialmente la inteligencia emocional, pueden alcanzar un buen grado de desarrollo.
Casi seguro que nuestros niños y niñas PW nunca podrán ser totalmente independientes, pero pueden y merecen triunfar en su vida.