@laveradonna.es
Para algunas personas nos es más sencillo vivir y disfrutar de "una maternidad slow", sobre todo a las que tenemos mucha paciencia, pero no es un secreto para nadie, que a casi todas las madres nos gustaría poder tener la oportunidad de vivirla así en todo momento. Tener tiempo para reir, disfrutar, acariciar, mirar y contemplar a nuestros hijos, verles, es todo un lujo, un lujo muy anhelado, que cuesta mucho conseguir, y muchas veces a costa de muchas renuncias. Se cambia un tipo de satisfacciones por otras, pero el premio, bien vale la pena, "disfrutar de nuestros hijos".
No todos podemos ni queremos renunciar a las mismas cosas, algunos padres ponemos un alto o una pausa en nuestra vida profesional, habrán otros que tal vez, su pausa sea en la vida social, otros cambian un tipo de disfrute por otro, pero da igual que seas un padre que trabaja en o desde casa o un padre que desempeñe alguna actividad desde una oficina, el ritmo de la crianza, lo decidimos nosotros.
Por ejemplo, ni mis padres ni mis suegros, viven cerca de casa, tenemos a otros familiares cerca, pero cada uno está a lo suyo, así que como muchos padres de estos tiempos, no contamos con la ayuda de nuestras familias, ni podemos decir que tengamos una tribu físicamente establecida a la que acudir en caso de emergencia, aunque si amigos que son todo corazón y están dispuestos a echarnos una mano cada vez que lo hemos necesitado.
Ante este panorama teníamos dos opciones, seguir llevando al 100% nuestras vidas de "pre-papás" y adaptar al nuevo miembro de la familia a nuestro ritmo frenético, o decidir disfrutar de la maravillosa y fugaz experiencia de la paternidad. Pues, estamos intentando hacer lo segundo, porque rápidamente nos dimos cuenta de que vivir nuestra vida anterior al 100% en estos momentos, sencillamente no es posible, o mas bien, no queremos vivir así.
Mi esposo, que siempre ha sido un marido colaborador, decidió ayudar aún mas, y las tareas de los fines de semana que solían ser compartidas, el las asumió, así yo podía descansar y el niño estar siempre atendido.
Solía asistir a su trabajo de traje y corbata, por gusto y costumbre, para evitarnos planchar y el cuidado de los trajes, llevarles al tinte, etc, relajó su vestimenta al no ser obligatoria, y parece mentira, pero este detalle, nos ahorra mucho tiempo.
Mi esposo se adapta a todo, sobre todo a las comidas, así que algunas semanas planificamos el menú, y tratamos de cocinar todo un día, y si no se puede, a él no le importa repetir, yo me aburro mas fácilmente, pero si quiero tiempo y no estar metida mil horas en la cocina, también debo adaptarme.
Yo fui una de esas tantas mujeres que una vez se reincorporó de su baja de maternidad, chocó contra la cultura de "si eres madre no eres efectiva para nosotros", y con una carta de despido me agradecieron mi esfuerzo y dedicación. Como estábamos preparados para que algo así pudiese pasar, no me tomó por sorpresa, recogí mis papeles, llamé a un abogado, y me fui a la guardería a buscar a mi bebé. Viendo las cosas desde un punto de vista positivo, he de decir que me sentía afortunada, no sabía durante cuanto tiempo, pero lo que fuese lo iba a invertir al 100% en mi bebé.
En lo económico, ya habíamos tomado hacía algunos meses la decisión de recortar gastos, el único gasto que aún mantenía, era el de una chica que venía una horas a ayudarnos en casa, lo mantuve unos tres meses más mientras me organizaba y luego prescindimos de sus servicios.
Cuando comenzaron a llegar nuevamente las ofertas de empleo, por alguna razón todas la que salían eran para trabajar en el exterior, expatriada, o exigían al menos una semana al mes fuera de casa, tuve que declinarlas, hace tres años cualquiera hubiese sido la oportunidad perfecta a nivel profesional, pero ahora, en linea con mi estilo de maternidad, no encaja, no quiero ser una tele mamá, y perderme de ver crecer a mi bebé (aunque si tuviese la necesidad económica de hacerlo, pues lo haría, tal como lo hacen miles de madres españolas cada día y no por eso son peores ni mejores madres).
Teníamos la duda entre si continuar con la guardería o ya no. Pues bien, cuando te despiden, solo piensas en dos cosas, que te indemnicen justamente y no tengas que interponer mil demandas, y en reincorporarte cuando antes, y si no tienes ayuda, para buscar empleo, aunque el estado diga que si estás en casa no tienes derecho a la guardería pública que dicho sea de paso, no es gratis, y el primer año cuesta tanto o mas porque no tienes las ayudas que podrías restar en una privada, necesitas recurrir a la guardería o a una señora que te ayude con el peque, aunque sea por pocas horas. Así que #MiniMoi, asistiendo un dia si, tres no, medio mes si, los tres siguientes no, continuó inscrito y presentándose esporádicamente durante el primer año a la guarde, durante 3 horas cada día.
@laveradonna
¿Por qué no lo llevaba todos los día?, por una sencilla razón, él asistía a la guarderia para que yo pudiese buscar empleo, y eventualmente poder dedicarme a las tareas de planificación y desarrollo de mi "start up", y claro al ser una madre que está en casa, pues inmediatamente vez la casa mas sucia, la ropa peor doblada, y esas cosas que cuando trabajas a lo mejor no detallas tanto y mantienes un "orden correcto que no estricto", pues cuando estas en casa lo haces al revés.
Así que me vi nuevamente en muchas encrucijadas:
¿me vuelvo o una loca del orden o la limpieza, o voy y busco a mi niño antes de la una y hacemos la siesta abrazaditos?
¿sigo con papillas rápidas, fáciles, que no ensucian mucho, nos lanzamos a la aventura del Baby Led Weaning aunque sé que al menos dos metros de la casa, la mesa y alguna pared, serán un desastre al finalizar y tendré que limpiarlo todo y probablemente bañar después al bebé ?
¿le distraigo con un juguete y así no ensucio o tratamos de adaptar esa manualidad que vimos en aquel blog tan chulo de maternidad o de manualidades aunque sé que la casa será un desastre al finalizar y tendré que limpiar todo y probablemente bañar después al bebé?
¿lo enseño a estarse quieto en el parque o pongo música para que bailemos un rato, le enseño a estar boca abajo, mi tiro al suelo a gatear con él, lo dejo que me guíe por la casa y descubrimos cosas chulas juntos?
¿ Lo "entrenamos" para que nunca se baje del cochecito y así poder dar nuestras merecidas caminatas relajantes en paz o nos vamos al parque y le enseño a subirse a todos los juegos, le dejo comer arena y ensuciarse?
¿Le dejamos en su hamaquita mientras hacemos una rutina de ejercicios, o nos tiramos al suelo con él y vemos que rutinas de ejercicios encontramos en Youtube que puedan ser compatibles para hacerlas entre papás y bebés (tambien vale jugar solamente)?
@laveradonna
Podría seguir, las madres nos encontramos todos los días con encrucijadas como estás, y la decisión depende de cada quien, yo siempre he escogido la segunda opción, incluso aquellos días en los que estoy agotada, claro esos días el juego dura menos y luego lo distraigo con otra cosa, pero la prioridad siempre es mi hijo,y para ello me organizo, porque puedo hacerlo, y tengo unas horas para mi, donde puedo dedicarme a nuestra empresa, a mi blog, a la casa, a la cocina, a organizar un cumpleaños, incluso, si tengo alguna amiga que tenga tiempos similares, quedamos una mañana para tomar un café y chacharear un buen rato, todo sin estresarme, dándole valor a las cosas que son realmente importantes, como dar un excelente servicio a mis clientes, que mi casa esté limpia y ordenada, que el aseo de mi hijo, perro, y el mio propio sea óptimo y sobre todo, le doy mucha importancia al tiempo que paso con mi hijo, y no me molesto si durante algún juego la casa se ensucia, si con sus manitas aún un poco tope tira el potito al piso, si se tira los espaguetis a la cabeza, si acabado de bañar se tira el yogurt encima y hay que cambiarle la ropa otra vez...
Son muchas las formas de llevar una vida slow, lo mas importante es disfrutar, tener cero estrés mientras estamos con nuestros hijos, recordar, que nosotros también fuimos niños y no eramos autómatas perfectos, que aun siendo adultos cometemos errores, ensuciamos, dañamos cosas sin querer. Poco a poco les iremos enseñando a como manejarse en este mundo, como debe ser la etiqueta y el protocolo para cada ocasión, como comportarse ante ciertas situaciones, pero mientras son niños, dejemosles ser, dejemos que vivan y disfruten plenamente su infancia, y disfrutemos nosotros con ellos, ya habrá tiempo de limpiar de ordenar, de retomar activamente nuestra vida social, pero para lo que no habrá tiempo, es para lo que dejemos de disfrutar hoy, porque los niños crecen y ya nunca mas, nada vuelve a ser igual.