Si hay una cosa que preocupa más en este mundo a los padres es el desarrollo de sus hijos. A partir de su nacimiento estamos pendientes de todo lo que hacen, desde abrir los ojos y reírse por primera vez hasta cuando son capaces de comer solos.
En los últimos años el bombardeo constante de información sobre la educación agobia a los padres e incluso hace la crianza mucho más difícil. Es entonces cuando nos empezamos a preocupar por lo que nuestros hijos pueden, deben y saben o no hacer, comparando el desarrollo del pequeño con el de otros, cuando todos sabemos que cada niño es 'un mundo'.
Sin embargo, y pese al exceso de información, si existen ciertos indicadores generales para diferenciar un correcto desarrollo del niño, mucho más lejos de ciertas capacidades adquiridas de motu proprio por medio de los padres.
Por eso vamos a establecer una serie de 20 cosas o indicadores que los niños deben saber hacer a los 5 años, más o menos:
-Puede distinguir la fantasía de la realidad.
-Habla con claridad y puede contar historias (ficticias o no) con frases complejas.
-Puede realizar una enumeración de 10 o más cosas.
-Puede escribir algunas letras y números.
-Identifica y reproduce formas geométricas.
-Aguanta a la pata coja por 10 segundos o más.
-Salta con facilidad hacia los lados y puede dar volteretas.
-Usa todos los cubiertos, y el cuchillo en ciertas ocasiones.
-Puede ir al baño 'solito'.
-Es capaz de hacer preguntas complejas.
-Muestra empatía e involucra a los otros niños en sus actividades.
-Puede recordar su nombre completo y su dirección.
-Es capaz de dar pedales.
-Comienza a conocer y a separar las diferencias entre hombres y mujeres.
-Se cepilla los dientes y el pelo solo.
-Comienza a entender el funcionamiento del mundo que le rodea.
-Puede dibujar personas con más de seis partes del cuerpo.
-Puede ayudar en las tareas domésticas.
Estos son unos meros indicadores, no hay que preocuparse en absoluto si vuestros hijos no cumplen con todas las tareas de la lista a los 5 años. Puede que a los 3 años ya sean capaces de hacer y mostrar la mayor parte de las cualidades.
No hay que obsesionarse por si el niño puede o no dibujar triángulos o no recuerda el número de su portal. El desarrollo, como su propio nombre indica, es un proceso gradual y el aprendizaje es el mejor ejemplo para observarlo. ¡Estad tranquilos!