Soy madre de 3 niños, he tenido 5 casas diferentes, he vivido en 3 países distintos. He pasado por la época de quitar el pañal, de las rabietas y la de “mamá ya no me quieres” . Y he sobrevivido a ellas con éxito, aunque también tengo que confesar que aún le mando un whatsapp a mi madre cuando tengo a algún niño enfermo para que me dé consejo.
Cada vez tengo más experiencia con los niños y el hecho de haber vivido en culturas diferentes a la mía me ha hecho crecer como persona. Sin embargo en el día a día con los niños hay momentos difíciles.
Ojalá me hubieran dado alguno de estos consejos antes de ser madre. Me habría ahorrado más de un dolor de cabeza.
CONVERSA CON TU PAREJA. (Y digo “conversa” y no “habla” porque en una conversación se habla y se escucha).Es importante saber que cómo actuaréis con los niños, cuáles son las prioridades de cada uno, o simplemente cuantos hijos queréis tener.
Por qué si tú eres una mamá paciente y estás con el niño en la habitación hasta que se duerma, pero él es de los que piensa que hay de dejarlo que aprenda a dormir solo aún si llora, mal vamos. Es posible que tú como súper mamá estés todas la noches acunando a tu niño; pero el día que estés cansada y le pidas que te eche una mano . Posiblemente no tendrá la paciencia que tienes tú y al minuto 2 estará dejando al niño en la cuna. En ese instante tú montarás en cólera.
NO TENGAS PRISA NI TE AGOBIES. Relájate, relájate y relájate; este es un mantra que me repito constantemente. No creas que las madres relajadas son más aburridas que una madre con nervio. Las madres relajadas disfrutan de cada momento y no transmiten esa sensación de ansiedad en sus hijos. A los niños hay que enseñarles a centrarse en lo que están haciendo. Me ha pasado alguna vez que hemos ido a tomar un helado con lo niños y nada más pagarlo los niños ya estaban pidiendo hacer otra cosa. Eran incapaces de disfrutar el “momento helado” tranquilamente.
Los niños absorben nuestro comportamiento y no nuestras palabras, si nos comportamos de manera ansiosa ellos lo notaran y harán lo mismo.
Cuando tienes niños hay nuevas obligaciones y es imposible llegar a todas. A mi alguna vez me ha entrado los siete males cuando estoy dando el biberón a mi peque y sé que los mayores están por acostar y la lavadora por tender. Bueno pues hay que aprender a priorizar y disfrutar del momento. Después de uno, otro.
NO VIVAS SOLO PARA TUS HIJOS. “No vivas sólo para tus hijos, te lo suplico” está es un frase del Papa Francisco que me parece genial. “No te niegues un vestido o una corbata (por ejemplo) por comprar un nuevo juguete, no cambies tu salón de belleza o tu hobby por pagar un nuevo profesor particular; si tú no cuidas de ti mismo ¿qué le puedes dar a los demás? ¿qué ejemplo les darás?”.
Tu hijo no necesita todo, en verdad no le ayuda para nada. Tampoco tu atención exclusiva. Sois una familia de varios miembros y no puedes vivir solo para los hijos. Él es importante pero no es lo único en tu vida.
AUTONOMÍA, AUTOCONTROL, AUTOESTIMA. Recuerdo que cuando mi hija mayor tenía un año las mamás del parque comparábamos si nuestros hijos dormían del tirón, si se habían soltado a andar o el número de palabras “entendibles” que decían. Con el tiempo cambió por temas más académicos; cuantas palabras leía en un minuto, la tabla que dominaba o si hacia los deberes sola. Tonterías que hacemos las madres. Nadie preguntará en una entrevista de trabajo cuantas palabras por minuto leías a los 7 años.
Preocúpate de formarle para la vida. Enséñale a valerse por si mismo en cualquier situación, a saber controlarse ante los impulsos, y a confiar en sí mismo. Evidentemente hay otras cosas importantes en la vida pero estas tres le ayudarán muchísimo el día de mañana. Yo como ya comenté estoy trabajando el tema del autocontrol, poco a poco vamos avanzando.
NO EXISTE FAMILIA PERFECTA, AUNQUE LO PAREZCA. En una reunión de madres nos reíamos al recordar como por la mañana, al dejar a los niños en el cole, habíamos escuchado a una niña reprochar a su madre un comportamiento peculiar. La niña le decía a su madre: “Mamá te pasas todo el camino en el coche gritándonos porque no nos hemos dado prisa, porque no he terminado mis tareas, porque mi hermano casi se deja el almuerzo. Y cuando cierras la puerta del coche, sacas tu mejor sonrisa y saludas feliz a todas las madres como si nada hubiera pasado”.
En esta vida es todo apariencia, así que no todo lo que ves realmente es así. La familia perfecta no existe así que no intentes compararte con otras. No eres perfecta ni lo serás nunca. Perderás lo nervios e incluso algún momento gritarás a tus hijos, como nos ha pasado a todas.
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Fuente: este post proviene de MADRE MADE IN SPAIN, donde puedes consultar el contenido original.
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