La congelación de óvulos es vista como una forma de retrasar el tic-tac del reloj biológico, así que, si te estás planteando congelar tus óvulos, deberás tener en cuenta estos cinco hechos importantes antes de dar el paso.
La técnica de congelación de óvulos ha mejorado
Respecto a la congelación de óvulos, existen dos técnicas. Vitrificación o congelación de óvulos. Los óvulos contienen una gran cantidad de agua, y por lo que cuando se congelan, se pueden formar cristales que podrían dañar su estructura al descongelarlos. Por esta razón, las técnicas de congelación de óvulos en el pasado presentaban tasas de éxito inferiores que las actuales.
Actualmente se congelan las células con tanta rapidez que no permite la formación de cristales. Los estudios han demostrado que los óvulos congelados por vitrificación, son similares a los óvulos frescos en su capacidad para llevar a un embarazo.
No se recomienda si se quiere retrasar la maternidad
A pesar de que muchas mujeres optan por congelar sus óvulos precisamente para retrasar su maternidad, lo cierto es que por ahora se recomienda la congelación de óvulos para aquellas mujeres que se enfrentan a un alto riesgo de perder su fertilidad, por ejemplo, si se van a someter a una quimioterapia, extirpación de útero o similar.
También se recomienda para aquellas parejas que se someten a fecundación in vitro y que generan óvulos sobrantes, y que se congelarán ya fecundados, o para aquellas que tienen baja reserva ovárica.
No hay datos suficientes para recomendar que las mujeres que quieran retrasar su maternidad, opten por congelar sus óvulos ya que nos es garantía de quedarse embarazada en un futuro.
La congelación de los huevos supone muchas visitas al médico
Hay tres pasos principales para la congelación de óvulos: la estimulación ovárica, la punción para recuperarlos y la congelación de los óvulos.
Para el primer paso, las mujeres deberán hormonarse para estimular la producción de óvulos en un ciclo. Durante esta fase, las mujeres visitan al médico con frecuencia – a veces cinco o seis visitas a lo largo de dos semanas – para monitorizar el correcto funcionamiento del tratamiento. Además de las ecografías, se realizan análisis de sangre regulares.
En general, se tarda entorno a ocho y 14 días de tratamiento hormonal antes de la punción para su recuperación.
Posteriormente se realiza la punción ovárica para su extracción y congelación. La punción ovárica es un proceso sencillo que se realiza bajo sedación.
La congelación de óvulos, cuanto más joven mejor
Las posibilidades de éxito en el embarazo son mayores cuanto más jóvenes sean tus óvulos. De ahí que se recomiende congelarlos cuando la mujer se encuentre entre los 20 y 30 años de edad.
Esto permitirá a la mujer buscar a su pareja libremente sin tener que pensar, ni estresarse, por llegar a los cuarenta.
La congelación de óvulos no garantía de embarazo
La congelación de óvulos, incluso a una edad temprana, no garantizan una garantía para el embarazo más adelante en la vida. Los estudios realizados en Europa para donantes menores de 30 años, mostraron tasas de embarazo en mujeres de entre el 36 al 61 por ciento.
Según los investigadores de la New York Medical College y la Universidad de California en Davis, se estima que una mujer que se congela 15 óvulos a los 30 años tiene una probabilidad del 30 por ciento de ser madre usando estos óvulos.
Pocas terminan usando sus óvulos
A pesar de todo esto, lo cierto es que según los centros de fertilidad, el porcentaje de mujeres que congela sus óvulos para usarlos posteriormente, es relativamente bajo.
Según un estudio de una clínica de fertilidad en Santa Mónica, Estados Unidos, pasados entre 3 y 8 años después de congelar sus óvulos, el 95% de las mujeres que los congelaron para retrasar la maternidad, todavía no había hecho uso de los mismos.
Muchas de ellas creían ser capaces de tener hijos por otros medios o bien no estaban listas para ser madres.
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