¿Congelarías tus óvulos de joven para usarlos más tarde cuando tengas la posibilidad de quedarte embarazada? La congelación de óvulos (mejor dicho vitrificación, ya que realmente la técnica es diferente) no está reservada sólo a mujeres que van a someterse a tratamientos oncológicos o con otras enfermedades. Hay quienes abogan por hacerlo extensivo a todas las mujeres en edad fértil como un recurso para ganar tiempo al reloj biológico y evitar futuros problemas de infertilidad.
En definitiva, se trata de seguir teniendo óvulos de calidad y jóvenes como un “seguro” para cuando la mujer esté preparada para tener hijos con unos años más (por temas económicos, laborales, de pareja o los que sean) De este tema nos hablaron a un grupo de blogueras en IVI Pamplona, con motivo de que este mes de junio es el mes de la infertilidad. Según nos explicaron, el año pasado 700 mujeres en España preservaron sus óvulos en esta clínica. Tenían entre 33 y 39 años, muchas cargas laborales y buscaban una válvula de escape ante la llamada de su reloj biológico.
Los óvulos congelados no tienen caducidad y se pueden usar o no en el futuro para una fecundación in vitro, aunque muchos de ellos terminan siendo donados (según IVI, la mitad de las mujeres que consiguieron ser madres con ellos fue gracias a la ovodonación). La vitrificación de óvulos es una forma de solucionar la discordancia entre el momento reproductivo de la mujer (el mejor momento para concebir es con menos de 30 años) y el de concepción, que cada vez se retrasa más.
Es un hecho que a mayor edad, menor es la probabilidad de quedarse embarazada: a los 30 años, una mujer tiene el 20% de probabilidades de que el test sea positivo, mientras que con 40 años, es sólo del 5% cada vez. La reserva ovárica va descendiendo a medida que se cumplen los años: si las niñas nacemos con un millón de óvulos, durante la edad reproductiva sólo nos quedan 400.
La ciencia contra el paso del tiempo
No puedo dejar de pensar en que, al final, se está haciendo cada vez más artificial un proceso tan natural como el reproductivo. Pero es cierto que nuestro estilo de vida (incorporarnos tarde al mercado laboral, buscan un asentamiento económico…), factores ambientales (tabaco, estrés, algunos medicamentos…) o genéticos, están deteriorando nuestra fertilidad. ¿Serán nuestras hijas más infértiles que nuestra generación? La Ciencia va parcheando un problema que estamos causando nosotros y que cada año se agrava: cada vez las mujeres más jóvenes tienen más problemas de infertilidad.
El doctor Pedro Royo, director médico de IVI Pamplona, nos habló de la conveniencia de que las mujeres jóvenes se hagan un simple análisis de sangre para conocer su edad ovárica, que no tiene por qué corresponder a la edad real. Con este dato, se puede averiguar si tenemos margen para concebir o si habría que plantearse congelar óvulos para un futuro. El análisis, explicó, es algo sencillo y barato y en su opinión dentro de unas décadas será algo tan común como hacerse una citología y entrará dentro de la Seguridad Social de manera general.
Sin embargo, ¿qué mujer está pensando a los 18 años en hacerse esta prueba para empezar a tomar decisiones con respecto a su maternidad? Siendo realistas, la llamada de la maternidad llega mucho más tarde, aunque la presión social por tener hijos esté siempre ahí (con el manido ¿y el niño, para cuándo? o “se te va a pasar el arroz”). Además, temas como la vitrificación de óvulos (el #yodecidocuando) o los tratamientos de fertilidad son muy sensibles e íntimos y, en muchos casos, siguen siendo tabú, aunque esto va cambiando con el paso de los años.
Por otro lado, preservar los óvulos puede suponer una ayuda muy importante, aunque no garantiza al 100% que se sea madre en un futuro: no todos los óvulos generan embriones sanos en adelante. Pueden surgir otros problemas y hay que tener en cuenta que el problema de la infertilidad no es sólo femenino (aunque de la infertilidad masculina se hable mucho menos) Por cierto que, en España, sólo se puede ser madre con un tratamiento de reproducción asistida hasta los 50 años.
El tema es, desde luego, apasionante y genera muchísimas opiniones. ¿Congelarías tus óvulos para tener la decisión de ser madre cuando quieras?
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