-Alma tardó más de dos años en llegar, así que no podíamos esperar mucho por si las moscas.
-Con 36 cumplidos, o me ponía ya o ‘tararí que te vi’
-Nos hacía muchísima ilusión que se llevaran poco tiempo para que crecieran juntos. Ni mi marido ni yo hemos tenido esa suerte y no hemos podido disfrutar de nuestros hermanos hasta que ya fuimos mayores por culpa de la diferencia de edad.
-Ahora mismo, el trabajo me permite pasar todo el día con ellos.
-Etc., etc, etc
El positivo llegó antes de lo previsto y, aunque estamos encantadísmos con la noticia, nadie me contó que esto iba a ser taaan duro.
1- Sueño a todas horas. No recuerdo un primer trimestre con Alma con tantísimo sueño. Y a eso hay que sumarle que ahora no puedo decir ‘voy a echarme una cabezadita’ porque cuando la peque duerme tengo que hacer la comida, poner lavadoras o recoger el terreno de combate. Ahora mismo son las 00.45 de la noche y estoy aquí escribiendo el post de mañana, mientras oigo cómo me llama la cama jajaja
2- Acidez. Menudos tres meses me he pasado con ese maldito malestar a todas horas. Tenía un hambre que me comía las piedras, pero todo me sentaba mal. Por suerte, fue cumplir las 12 semanas y empezar a ver la luz.
3- Cansancio extremo. Si antes a las 10 de la mañana ya estaba agotada ahora ya me levanto como si me hubiera pasado una apisonadora. Además, llevo dos meses durmiendo en un colchón en el suelo con ella (ya os contaré por qué), con lo que podéis imaginaros mi careto matutino.
4- Sin tiempo para nada. Eso es algo que viene con el carné de madre, ahora siento que necesitaría más tiempo para mí, pero en cuanto pestañeo ya se ha acabado el día y no he hecho nada de lo quería. Cuando nazca el bebé no sé qué va a ser de mí…
5- Sentimientos encontrados. Alma me reclama las 24h del día, como es normal, y eso hace que haya días que ni piense en el bebé. Después me siento mal, porque a estas alturas en mi primer embarazo, ya tenía cositas compradas, le hablaba a todas horas y hasta tenía una canción. Siento que a este bebé no puedo dedicarle ese tiempo y me pregunto cómo lo haré cuando tenga que repartirme para los dos, con mi marido todo el día trabajando.
6- A mi pobre Lolita tampoco puedo dedicarle tiempo, suerte que ahora a ella le importan más las caricias y hasta los tirones que le dedica ‘la niña de sus ojos’
7- Como ya eres experta, se supone que te apañas sola. Si hay días que ni yo misma recuerdo que llevo un bebé dentro, imaginaos los demás. Todo lo contrario que en el primer embarazo.
8- Pasión descendida hasta la Antártida. Los temas de pareja se complican cuando somos padres, pero ahora con la barriga el cansancio, y más delante con otro bebé llorando a todas horas la cosa sólo puede ir a peor jajaja
Y aún así, aunque me hubieran contado todas estas cosas, no me habría quedado con las ganas de repetir experiencia ni de darle un hermanito a Alma. Por más contras que haya, no hay mayor felicidad en el mundo que ser madre. En marzo me volveré a enamorar y mi corazón se repartirá para los dos.
.