En el anterior post os hable sobre respuestas inútiles que les damos a nuestros hijos. Esas respuestas que no nos llevan a ningún sitio o peor empeoran la situación frente a ellos. Ahora lo cambiamos por los sentimientos, esos sentimientos que al igual que las respuestas no nos llevan a ningún sitio. Especifico un poco más, el sentimiento de culpa. De alguna forma los padres nos sentimos culpables cuando algo anda mal con nuestros hijos. Muchas veces cuando los profesores, otros familiares o algún profesional (psicólogo, pediatra,...) nos hablan de los problemas, sentimos que nos están culpando. Aunque no sea así, percibimos los comentarios como ataques a nuestra labor como padres. Seguro que cuando te han llamado del cole para exponerte algún problema, te has sentido juzgado como padre e incluso como persona, aunque en la realidad no haya sido así. Os pongo el ejemplo del cole ya es el punto por donde pasan todos los niños. Pongamos una situación para entender mejor de lo que hablo, el tutor os llama porque le parece que vuestro hijo tiene problemas con la vista, se queja que no ve bien la pizarra, se tumba encima del papel para escribir, etc. Lo lleváis al oftalmologo, detectan el problema y le ponen gafas. Es muy probable que la siguiente pregunta ¿qué tipo de padres somos que no nos hemos dado cuenta? ronde por vuestra cabeza, empezáis a recordar esas pequeñas señales: es verdad se pega mucho a la tv, cuando lee se pone el cuento muy cerca de la cara. Y todo esto acompañado por el sentimiento de culpa. Seguro que a más de uno le ha ocurrido algo similar.
Ese sentimiento de culpa os lleva otros sentimientos como el enfado ante el profesor que se atreve a poneros en entredicho ("que sabrá él, no tiene ni idea"), con vuestra pareja a la que consideráis responsable de la situación ("claro como mi mujer/marido es un desastre pues el niño.....").
Os tengo que contar un secreto, que creo que ya conocéis, pero que la mayoría olvidamos muchas veces. No somos perfectos, y algunos somos más imperfectos que otros. Nuestro reto es ser cada vez mejores padres, e ir aprendiendo por el camino con ellos. Disfrutando de este tiempo (la niñez/adolescencia) que se nos concede juntos antes que se conviertan en adultos y sigan su propio camino.
El camino de la paternidad, como el de la vida misma esta lleno de errores. Errores que bien gestionados nos permitirá crecer en algunos casos, errores que nos permitirán aprender y errores que serán simplemente eso, errores.
El sentimiento de culpa que nos embarga cuando surge algún problema con nuestros adolescentes o con nuestros hijos en general, ¿qué utilidad tiene?. Ese sentimiento que nos hace sentir mal, nos hace culpabilizarnos de lo que ocurre o nos hace culpabilizar a nuestra pareja o a nuestra familia. ¿Nos va a ayudar a resolver el problema? o ¿más bien nos va a inmovilizar?. La mayoría de veces o crea más problemas o inmoviliza. ¿Que podemos hacer ante él?
No atribuyáis culpas. ¿Por que tiene alguien que tener la culpa? De qué te sirve preguntarte ¿porque a mi hijo tiene ese problema? ¿por qué esta deprimido?. En realidad nadie lo sabe. Las conjeturas más o menos acertadas ¿de que te sirven?. El problema existe aquí y ahora y hay que trabajar el aquí y ahora, no el pasado que no podemos solucionar. Trabajemos los errores que estamos cometiendo en la actualidad que ayudan a mantener o perpetúan el problema que nos preocupa. No los errores de hace diez años que no podemos solucionar. Si sobreprotegimos mucho a nuestro hijo de pequeños y eso ha dañado su autoestima tenemos que trabajar su autoestima y vosotros como padres la podéis reforzar. Ya no podemos trabajar esa burbuja en la que lo envolvisteis hace diez años. Hoy y mañana es lo que tenemos. Sobre el pasado no podemos trabajar.
Trabajar a vuestro ritmo, cambiar lo que podáis cambiar hoy. Dejad de lamentaros sobre los errores del pasado que han podido llevar a que vuestro hijo y la familia tenga un problema. Cambiar lo que hoy mantiene el problema vivo. A mi como profesional, la historia de vuestro hijo me sirve para ver los patrones que se han mantenido en el tiempo, y que debo ayudar a modificar. No podre borrar aquello hecho.
¿Vemos la diferencia entre condiciones y culpa? Vamos a poner un ejemplo que nos hará entender mejor. Pongamos que vas conduciendo de camino a tu trabajo o hacer la compra. Conduces respetando las normas y tranquilo. Un niño que va persiguiendo una pelota se cruza en tu camino y lo atropellas, resultando gravemente herido. Tú te horrorizas y los si empiezan a inundar tu cabeza. Si hubiera salido cinco minutos antes, si hubiera visto la pelota, si........ La realidad es que tu no eres responsable de nada de lo que paso, las condiciones fueron tales que el accidente ocurrió.
Ahora pongamos que vas conduciendo a noventa en una zona de cincuenta, hablando con el móvil discutiendo con tu pareja o un amigo. Ves la pelota y aun siendo consciente que las probabilidades de que un niño vaya detrás de la pelota son altisimas, no intentas hacer nada. Es más una vez que el accidente ocurre, tu enfado con el niño que se ha cruzado hace que lo vuelvas a atropellar (si ya un poquito extremo el ejemplo). Hay si eres responsable, la velocidad a la que ibas no era la adecuada, tu atención no estaba en la carretera y encima como el niño te ha fastidiado el día lo vuelves a atropellar. Esta situación es completamente diferente.
En el anterior las condiciones son tales que no hubiéramos podido cambiar nada. En el segundo si hubiéramos podido cambiar. Si nuestra conducción hubiera sido responsable y si no hubiéramos decidido infringir más daño, las cosas hubieran sido distintas.
El pasado no se puede cambiar, solo podemos trabajar el hoy para evitar los errores actuales y futuros.
Ser padres es uno de los trabajos más complicados a los que nos vamos a tener que enfrentar. Nada nos prepara para eso y cuando nacen nuestros hijos no vienen con un manual ni con garantía de devolución. Debemos ir aprendiendo día a día. A veces de nuestra propia experiencia, otras de la de los demás, otras leyendo o escuchando a quien tiene que compartir con nosotros esas recetas, que os recuerdo que no son mágicas. Que solo darán resultado con paciencia, perseverancia y adaptándolas muchas veces a nuestra realidad.
Resumiendo, la culpa no sirve nada más que para sentirse mal, el aprender de los errores y cambiar lo que se puede cambiar si es útil. Os repito (si ya sé estoy pesada) el pasado no se puede cambiar, podemos trabajar en el aquí y el ahora. Lo que nos permitirá mejorar el presente y el futuro. De los errores se aprende, si estas abierto a aprender y a cambiar lo que hay que cambiar. El si hubiera.......... no nos lleva nada más que ha rehuir el presente y el cambio.
Hasta aquí el post de esta semana. Espero como siempre que os sea útil. Recordad que aunque el post este pensado en el trato con los hijos adolescentes, la idea principal os servirá para otros aspectos de vuestra vida.
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