Manuel es mi vida, me encanta estar con él, mi felicidad es máxima cuando le oigo reírse a carcajadas, me vuelvo loca de amor cuando lo veo dormir, me enorgullezco cuando aprende algo nuevo… Pero creo que todas las madres sentimos lo mismo, ese amor infinito hacia nuestros hijos. Nos encanta decirlo y demostrar este amor.
Pero también debemos sentirnos libres de mencionar nuestros errores, nuestra culpabilidad… No pasa nada, la maternidad está llena de momentos luminosos y momentos oscuros. Y normalmente vivimos los momentos oscuros a solas, sin hablarlos con nadie no vayan a ser que piensen que somos malas madres. ¿Sólo yo me siento así?
Culpable por cogerlo demasiado en brazos o por cogerlo poco. Porque ve mucho la tele o no lo estimulamos suficiente. Porque no come bien y pensamos que es culpa nuestra. O al revés. Come demasiado, el pediatra nos dice que está fuera de la normalidad, y nos culpamos por haberle dado demasiado de comer (¿se puede dar demasiado de comer a un bebé?). Culpable, culpable, culpable.
ME SIENTO CULPABLE CON MI HIJO
Desde que Manuel nació hay muchos sentimientos que están a flor de piel. Estoy más sensible, soy más paciente, más dulce… y también siento frustración, ganas de llorar y culpabilidad. Son sentimientos, todos, que hay que dejar salir. Si hay que llorar, se llora. Y si hay que reír, se ríe a carcajadas.
La culpabilidad es un sentimiento que tengo que trabajar. Si me siento culpable con mi hijo, hacer hincapié en el porque y solucionarlo. Pero no sé porque, creo que será un sentimiento que siempre irá pegadito a mis talones, para cuando esté despistada, asaltar.
¿Tu también te sientes culpable en algunos momentos? ¿Hay temas de la maternidad que son intocables?
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