Un año más he cumplido la cita con la feria más verde: Biocultura 2018. Como en otras ocasiones ocupaba dos pabellones enteros del Ifema en Madrid. Y es que lo ecológico, natural y sostenible, cada vez suscita más interés.
El primer pabellón reconozco que nunca me entretiene demasiado, en este espacio proliferan bastante los “remedios mágicos” y yo sabéis que el tema pseudociencias no es de mi devoción. Otros años, en este pabellón también se encontraban los puestos de Turismo sostenible, pero este año al coincidir en fecha con Expotural, no había casi nada.
Si dediqué un rato a los puestos de juguetes de madera y de hojalata que exponían varias tiendas y enamoraban solo de verlos. También, como no, a los de ropa y calzado fabricados con tintes naturales y de manera tradicional.
Sin duda una de las cosas que más me gustaron de este pabellón fue el método de My Jarden para poder cultivar plantas aromáticas en muy poco espacio y con casi cero cuidados, gracias a su sistema de autoriego mediante una mecha que va absorbiendo lo que la planta necesita. En el kit incluyen todo lo necesario y está hecho de vidrio reciclado. Ideal para tener en un rinconcito de la cocina y usar especias frescas.
En este pabellón se encontraban los espacios dedicados a los talleres infantiles Mamá Terra. En esta ocasión iba sola pero me acerqué a echar un ojo. Es una zona muy amplia y bien preparada para talleres de huerto, cocina…Todos los años tienen mucha aceptación.
El segundo pabellón es el dedicado a la alimentación y la cosmética. La mayor parte de la gente se aglutina aquí, no sé si por interés o por probar los deliciosos productos que ofrecen.
El mundo de la cosmética, sin duda, está evolucionando porque la sociedad requiere productos libres de crueldad animal, con menos químicos y veganos. Además de maquillaje, productos de cuidado facial y corporal, la mayoría apuestan fuerte por introducirse en el mercado infantil. Así, rara era la empresa que no ofrecía productos para el cuidado del bebé, como estas chicas de La Biznaguera.
Una mención especial a varios puestos que ofrecían alternativas ecológicas al uso de tampones, compresas y demás objetos desechables y nada sostenibles utilizados para la menstruación. La compresas y salvaslips de tela ya han evolucionado mucho desde las primeras que se ofrecían, y son cómodas, transportables y finas. Una innovación es que hay marcas que ya ofrecen también compresas de tela para postparto, con gran absorción. Por supuesto, una de las estrellas de estos stands son las copas menstruales, producto que no puedo más que recomendar. Si bien el uso al principio cuesta un poco, una vez acostumbrada no hay nada más cómodo, barato y ecológico.
Además de productos para el ciclo menstrual, también había oferta de otros productos desechables como disco desmaquillantes o de lactancia, como estos de Plim. Productos de los que ya os hablé aquí.
A estas alturas ya había ganas de tomar algo. Y que mejor que visitar el puesto de los amigos de Aneto y tomarse un buen caldito. Como cada año, el stand estaba a reventar de gente. Además de los “surtidores” de varios tipos de caldo, este año podías “construir” tu propia sopa, añadiendo todo tipo de ingredientes. Os podéis imaginar la cola. Como tenía que acabar de ver toda la feria, me conformé con un caldito de cebolla riquísimo para coger fuerzas y seguir.
El sector alimentación en Biocultura 2018 es donde sin duda el boom ecológico se ha sentido más. En este apartado había desde comida elaborada tradicionalmente (quesos, hornos de pan…) hasta las últimas innovaciones en tofu de todos los sabores, bebidas vegetales, embutidos veganos… Y por supuesto productos de la huerta. Muchos hay que van con el carrito a Biocultura ya que venden un montón de estos productos a precios especiales durante la feria. Yo me lo estoy planteando para el año que viene.
Por supuesto las organizaciones ecologistas de toda la vida también estaban presentes.
Un año más, Biocultura sigue siendo referente para todos aquellos que nos preocupamos del futuro del planeta. Y un año más vuelvo con un montón de ideas para ir convirtiendo nuestro estilo de vida en algo más sostenible.
Este post no está patrocinado por ninguna marca. Las empresas que aparecen son aquellas que por sus productos me llamaron la atención.