Los niños, al igual que nosotros, tienen infinidad de preocupaciones en su día a día. Están sometidos como nosotros a relaciones personales, responsabilidades, cansancio, presión…
Desde nuestra perspectiva las preocupaciones de los niños pueden parecernos muy superfluas o sencillas de resolver pero dentro de su realidad, pueden ser realmente angustiosas para ellos.
Los niños, al igual que los adultos pueden padecer cuadros de estrés, ansiedad, miedo, tristeza…por esto es importarte hacer un ejercicio de empatía y retrospectiva e intentar ponernos en su piel y tratar estos temas desde su óptica.
Así que olvidaros de las frases de vaya tontería, mañana se te pasa…yo sií que tengo problemas importantes…
Muchas veces un enfado repentino, una rabieta o un episodio de apatía, pueden ir ligados a un problema muy diferente del hecho puntual que lo haya podido desencadenar.
En la mayoría de los casos los papás y las mamás conocemos a nuestros pequeños y podemos identificar la causa y conseguir que expresen estas preocupaciones pero, en otros muchos casos a veces esto no es tan sencillo y puede ser muy útil acudir a profesionales del coaching para niños que les pueden enseñar cómo identificar y tratar este tipo de situaciones,
Cuando nuestros hijos se encuentran en una situación que les genera conflictos emocionales y que provienen de situaciones en las que no vivimos su día a día, como el colegio o las relaciones con sus amigos nuestra preocupación se multiplica ya que nuestra única fuente de información son nuestros hijos y en muchos casos no nos cuenten todo lo que les está ocurriendo o no sepan cómo hacerlo.
¿No habéis pensado alguna vez en ponerles una cámara espía o un micrófono, para saber qué les pasa en todo momento? Pero claro, no podemos ni debemos estar siempre para resolverles sus problemas, es necesario enseñarles a valerse por si mismos.
Si cómo padres detectamos que está ocurriendo algo podemos recurrir a tutores y profesores que nos ayuden a identificar lo que les ocurre pero para ser sinceros, un profesor puede intuir algo pero tampoco vive el día a día de las relaciones con los amigos o compañeros de nuestros hijos y tampoco tiene micrófonos ni cámaras espía para saber que ha pasado en una conversación en un recreo.
Para este tipo de situaciones es cuando el coaching para niños puede ayudarnos mucho.
Poco a poco, gracias al coaching para niños, nuestros hijos aprenderán no solo a trasladarnos sus preocupaciones para que les podamos ayudar, sino que descubrirán técnicas concretas para saber cómo gestionar este tipo de situaciones que les generan ansiedad, preocupación o tristeza.
El Coaching para niños les ayuda a identificar estos sentimientos y les proporciona herramientas para que tengan capacidad de gestionar estas emociones de manera correcta y por tanto capacidad de resolver posibles conflictos en los que se puedan ver envueltos.
Pero claro, no solo es una cuestión de los propios niños, a veces dentro de las relaciones familiares, también nos encontramos con muchos problemas a la hora de saber gestionar o resolver ciertas situaciones, ya que por desgracia a los padres no nos entregan un libro de instrucciones para saber cómo tenemos que comportarnos con nuestros hijos.
¿No os habéis encontrado mil veces ante situaciones en las que no sabéis ya que más hacer, cómo actuar o incluso en momentos en los que por más que intentas controlar una situación, ésta se te va cada vez más de las manos?
¿Qué hacemos ante las típicas rabietas o ante las respuestas típicas: “pues no me da la gana, “y si no lo hago qué, a ver? o Pues tu no me mandas…
Para ayudarnos a tratar este tipo de situaciones existe también el coaching familiar, que nos ayuda de manera personalizada, en base a la personalidad del niño, la nuestra y de nuestra realidad social y familia, intentar mejorar las relaciones familiares, mejorar la comunicación, y conseguir vivir en familia en un ambiente más distendido, relajado y sobre todo fomentado en bases de amor, respeto y comunicación.
No obstante para recurrir al coaching para niños no es necesario que detectemos una necesidad o un problema concreto, ya que es estupendo para cualquier niño o adulto, ya que no solo ayuda a los niños a contar con herramientas en el momento de encontrarse en situaciones de conflicto, sino que les ayuda a desarrollar capacidades, habilidades innatas, potencia su autoestima y estimula su inteligencia.
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