Unido a esta falta de valor a las cualidades consideradas como “femeninas” la sociedad actual valora por sobre todo el éxito individual y enaltece el logro económico y la juventud por sobre todas las cosas. Tan así es, que los ídolos del momento son jóvenes (o aparentan ser mucho más jóvenes de lo que son), súper hombres (atletas, empresarios o geeks) que se han hecho solos. Esto no está mal. Pero, se olvidan de señalar que todos aquellos que llegaron muy lejos lo hicieron con una red de apoyo sólida y contaron con el apoyo no de una, si no de varias personas en el camino.
Esto hace que cada vez sea más necesario una nueva generación de niños y niñas sensibles, valientes y empáticos; y padres (o cuidadores) que los críen. Pero ¿cómo hacemos para criar niños y niñas empáticos y comprensivos? ¿Cómo logramos que nuestros hijos se conviertan en adultos sensibles, tolerantes y amables? Es todo un reto educarlos en la empatía cuando a diario conviven con tecnologías y redes sociales que, en muchas ocasiones, se convierten en tribunas de la intransigencia o agresión a otros que piensan o son ditintos.
Pero para hacerlo es primero necesario empezar definiendo qué es empatía (que no tiene NADA que ver con simpatía, ojo ). Según la RAE empatía es: la capacidad de percibir, compartir y comprender (en un contexto común) lo que otro ser puede sentir. También es descrita como un sentimiento de participación afectiva de una persona cuando se afecta a otra. Así dicho, entendemos que la empatía es una capacidad – lo que significa que se puede aprender – de comprender e interiorizar lo que el otro siente.
Pero, ya al grano Neuro. ¿Nos vas a dar tips o qué?
No hay un consenso absoluto sobre como criar niños empáticos, pero les dejo acá 5 recomendaciones generales que definitivamente las van a ayudar en su labor.
Sé un ejemplo para tus hijos: Por supuesto, si nosotros no somos empáticos ni respetuosos ¿cómo pretendemos que nuestros hijos lo sean? Los niños aprenden sobre respeto cuando son tratados respetuosamente. Aprenden valores observando las acciones de sus padres o cuidadores y las de otros adultos que ellos admiran. Por eso, debemos ser conscientes y practicar la honestidad, integridad y empatía. Enseñarles a resolver conflictos de manera pacífica, y controlando nuestras emociones.
Pon nombre a los sentimientos y valídalos: Para que los niños entiendan y manejen bien sus emociones, primero deberán reconocerlas en ellos mismos y en los demás. Es necesario poner nombre a sus sentimientos y conductas tan a menudo como sea posible. Por ejemplo, si están tristes, molestos o alegres hacérselo notar, SIN descalificar estos sentimientos. Todos los sentimientos son válidos e importantes. Es necesario saber manejarlos adecuadamente.
Es necesario que los niños entiendan que todas las personas tienen sentimientos y emociones: Enséñales a escuchar a los demás: que reconozcan que lo otros sienten alegría, miedo, tristeza y dolor. Enséñales también a respetar y reconocer esos sentimientos en los otros. Puedes empezar contigo misma. Por ejemplo, “hoy mamá tuvo un día difícil y está muy triste y preocupada. Sepan que los quiero mucho, pero necesito estar un rato a solas”. Es difícil, pero así ellos aprenderán que los sentimientos de todos son importantes.
Darles oportunidades para cuidar a los demás y ser agradecidos: Debemos dejar a nuestros niños/as ayudarnos en el cuidado de mascotas, hermanitos e incluso ancianos en casa. Enseñarles a ser agradecidos con mamá y a papá por su trabajo, o quizá a los tíos o abuelos si ellos los cuidan y a las nanas y personal de servicio tan comunes acá.
Fomentar su compromiso e involucrarlos con la creación de cambios positivos en su comunidad: Es importante que los niños entiendan que son parte de una comunidad, en su escuela, su salón, su barrio, su familia. Deben trabajar y preocuparse por ser miembros activos y positivos de su comunidad. Que compartan sus ideas y conocimientos para mejorar la calidad de vida y los procesos de sus diversas comunidades. Finalmente, educar a nuestros niños y niñas a ser empáticos no sólo asegura que se desarrollen como adultos comprensivos, seguros, con relaciones exitosas y emociones saludables sino, también los vuelve piezas fundamentales y valoradas de su comunidad. Además, personas empáticas son menos agresivas, más comunicativas y tienden a ser más seguros de sí mismos y felices. ¡Y eso es lo que todos queremos!
Fuentes consultadas: Charla Dra. Emperatriz Torres Tasso – Centro Skinner, Revista Digital El Definido: 7 claves para criar hijos felices y empáticos según psicológos de Harvard.
Leer: ¿Cómo criar niños amables en un mundo de hombres rudos?
o leer: Temo por mi hijo: criando a un niño dulce en un mundo de varones agresivos