Y es que, hoy por hoy – creo yo – es esto lo que entendemos por éxito: personas felices, desarrollándose plenamente en el camino de vida que han elegido, sabiendo enfrentar satisfactoriamente las dificultades que la vida presenta. Y, creo que no me equivoco cuando digo que todas las madres y padres queremos eso para nuestr@s hij@s.
Pero, ¿cómo lo logramos? ¿Cómo conseguimos criar hijos exitosos que se conviertan en adultos felices e íntegros? ¿Hay una fórmula del éxito? Si es así, ¿cuál es? Esta neuro-madre se ha dedicado los últimos 7 años a intentar develar el misterio en la práctica, y los últimos 2 meses en la teoría y les digo que no existe una única fórmula del éxito (lo cual es muy bueno, créanme); sin embargo, sí hay muchos comportamientos que las madres de hijos exitosos tienen en común, y esta neuro-madre, se los trae acá luego de conversar con varias de ellas y leer los siguientes libros The Battle Hymn of the Tiger Mother (Amy Chua) y Positive Pushing: How to raise a succeful child (James Taylor).
Primero, las conversaciones. Mi tía, madre de 3 hombres. Tres adultos felices, trabajadores y responsables. Dos de ellos con hermosas familias a las que se dedican full, y ahora uno de ellos, se va a Harvard (para mí eso, es un éxito). Y ojo, acá no quiero decir que no hayan tenido uno que otro tropezón en la vida, porque claro que los tuvieron y algunos muy grandes. Pero, lo importante es que salieron adelante con empeño y entusiasmo.
También, mi cuñada. Sus tres hijos (2 hombres, 1 mujer) se graduaron de los primeros puestos en el colegio y ahora, universitarios continúan entre los primeros puestos. No sólo eso, sino también son chicos muy nobles y respetuosos, deportistas y amigueros. Ella cuenta – al igual que mi tía - que siempre estuvo (y sigue – me consta) “atrás” de sus hijos. Les dio organización y estructura con límites claros y firmes. Ahora que ya tienen más de 18 años, mi cuñada sigue apoyándolos en lo que necesiten.
Finalmente, conversé con mi amiga Damarita que tiene hijas más o menos de las edades de los míos y que son niñas súper destacadas: excelentes notas, buenas deportistas, tocan como maestras sus instrumentos y son súper educadas. Como ella misma lo dice: “Les enseño a tener sus metas claras, ser persistentes, organizadas.” Las niñas tienen una rutina creada y ella es muy disciplinada con los horarios. Y ahora, las niñas cumplen sus rutinas y tareas prácticamente sin supervisión.
También conversé con mi hermana Daniela, mi amiga Gigi (me contó los secretos de su madre), mi mamá, la esposa de mi primo y varias personas más. Y volví a leer los libros, y los comentarios y críticas a los mismos.
Y esto es lo que he encontrado:
· Todas las mamás coinciden en “estar ahí”, “estar encima” o “estar pendiente” de todo lo relacionado a sus hij@s, sobre todo los primeros años de vida.
· Están muy pendientes de lo académico y también de lo emocional.
· Hacen un acompañamiento, seguimiento y control de las actividades que realizan sus hijos.
· Son organizadas, disciplinadas y estrictas. Los horarios se cumplen, las actividades se hacen, las tareas se terminan.
· También saben cuándo ser flexibles.
· Alientan y “empujan” a l@s chic@s a lograr sus objetivos y buscar objetivos más grandes. No se rinden con ellos, no “tiran la toalla” con sus hijos.
· Son incansables. No se cansan de estar “siempre ahí, siempre pendientes”, no se cansan de llevar, recoger y animar a l@s nin@s en el sinfín de actividades que tienen.
· Procuran dar un ambiente de estabilidad emocional y tranquilidad en casa.
Por último, ambos libros coinciden con estos hallazgos y dan otros particulares, pero que no caben precisamente por lo particulares que son.
Esto fue lo que encontré, prometo investigar más al respecto y traerles LA biblia. Aunque, como ya lo dije líneas arriba no hay una fórmula mágica y única, pero sí creo que estas conductas generales nos pueden ayudar a criar hijos exitosos y felices. Y no está de más considerarlas ¿no?