Hasta antes de abrir el blog, sabía poco sobre la diversidad funcional y las enfermedades raras (EERR). Por suerte o por desgracia, en mi familia no hay casos cercanos. Sólo el hijo de una prima de mi madre que nació con parálisis cerebral pero al que nunca he visto. En mis grupos de amigos tampoco ha estado cerca la diversidad funcional y en colegios, escuelas y trabajos tampoco, por lo que para mi es un mundo realmente desconocido.
Gracias al blog he aprendido más que en toda mi vida junta gracias a esos padres y madres que nos cuentan a diario cómo viven con las enfermedades y discapacidades de sus hijos. Pero lo que no me esperaba en ningún momento, es que donde más iba a aprender sería en el trabajo.
Conocer la Diversidad Funcional en el trabajo
Hace mes y medio comencé a trabajar en una productora audiovisual como ayudante de producción. Uno de los clientes que tenemos es Fundación Once por lo que imaginaba que algo tocaría algún día, pero esta semana fuimos a conocer las instalaciones de Apadis, la Asociación de Padres de Personas con Discapacidad de San Sebastián de los Reyes, a los que vamos a hacer un vídeo muy chulo y me he chocado de bruces con una realidad que nunca he tenido cerca.
La Asociación
Fui muy nerviosa, para qué mentir. Nada más entrar, nos recibieron unos chicos con discapacidad intelectual, que luego, hablando con el Gerente del centro durante la visita a las instalaciones, nos contó que tienen un programa de empleo donde esos chicos trabajan allí mismo o en otras instalaciones cercanas o en empresas externas como Ikea, Leroy Merlín, etc. También tienen una zona de viviendas donde viven muchos de esos chicos ya sea porque sus familias no le pueden atender o porque se han querido “independizar”.
Durante la visita nos cruzamos con muchos chicos y chicas. Los vimos en aulas de aprendizaje, aulas donde hacen trabajos por encargos para bodas, bautizos y comuniones para sacar financiación para la Asociación y muchas cosas más. Estuvimos en un aula con chicos y chicas con TEA y nos explicaron cómo trabajan con ellos con pictogramas para aprender a comunicarse.
Nos enseñaros varias instalaciones más, la de los bebés y niños y una nave industrial donde había chicos trabajando. Me enseñaron lo que hacían y cómo lo hacían y me pusieron a prueba a ver si yo sabía hacerlo. Me dieron el aprobado. Y encima me llevé un regalito que guardo con mucha ilusión, mi nombre con minipastillas de jabón, hecho todo por ellos. Me encanta.
MI realidad
Como he comentado, este ha sido mi primer acercamiento al mundo de la Diversidad Funcional y tengo que confesar que me ha abierto mucho los ojos. Reconozco que no fue fácil. Fue muy duro ver a tantos chicos y chicas con dificultad para hacerse entender, para relacionarse con la gente, algunos sufriendo y llorando sin saber por qué.
Pero si tuviera que destacar algo es a la gente que allí trabaja. Es impresionante ver cómo el Gerente conoce a todos y cada uno de los más de 300 chicos y chicas por sus nombres. Cómo ellos les responden con mucho cariño. Es bonito ver cómo los profesores, fisios y trabajadores hablan de sus chicos y de los avances y progresos. De cómo calman sus frustraciones.
Lo duro y lo bonito
Tambien nos contaron la parte dura del trabajo pero en esto prefiero no entrar en detalles pero el día a día es complicado. No es sentarte en tu oficina, hacer unas llamadas e irte a casa al final del día. Es saber que hay chicos que se escapan, chicos problemáticos, algunos que por desgracia mueren jóvenes. Chicos a los que han conocido desde bebés.
Pero también una realidad bonita en la que los chicos y chicas se unen y se enamoran y quieren estar juntas.
El vídeo
En unas semanas grabaremos el vídeo. Compartiremos un día con Adrián, un chico de 18 años con discapacidad intelectual que me enamoró. Me encantó su simpatía, su naturalidad, sus ganas de vivir, de mostrarnos cómo se está formando para trabajar e independizarse. De su lucha diaria y su capacidad de superación. El rodaje será en un par de semanas y ya tengo ganas de ver cómo se enfrenta a la cámara igual que se enfrenta a la vida, con muchas ganas e ilusión. Con una sonrisa de oreja a oreja que nos dejó prendados a todos.
Una semana después, para otro cliente, rodaremos también con personas con distintas discapacidades: visual, auditiva, física e intelectual, donde mostraremos que la diversidad funcional no es impedimento para trabajar y para que confiemos en ellos.
Tengo muchas ganas de que lleguen estos proyectos porque además de hacer mi trabajo, que me gusta, me ayuda a aprender y a darme cuenta de la realidad de mucha gente y de cómo entre todos, podemos hacer una vida más fácil y más bonita para todos.