Cada niño y cada etapa son todo un mundo. Cada día tengo más claro que no se puede generalizar en lo que a temas de sueño se refiere. Pueden contarte mil y una historias sobre horarios, formas de dormir y noches del tirón que tu hijo tendrá la suya propia y sanseacabó.
Cuando Olivia nació no dormía muy allá, por las noches nos tirábamos más de dos horas para conseguir que se durmiese y una vez conseguido teníamos que rezar todo lo que conocíamos para que no se despertase al ponerla en la cuna. Nos conformábamos con que aguantase una horita que nos permitiese cenar antes de su primer despertar que significaba teta y colecho.
Poco a poco fue mejorando y con 4 meses dormía 6 horas del tirón. Nosotros, súper felices e ilusos padres primerizos pensamos que lo peor había pasado. Pero no. Luegoempezaron los despertares cada hora y las juergas nocturnas. Así hasta día de hoy, que la cosa ha mejorado notablemente, pero sin llegar a eso de “las noches del tirón”. Eso todavía no sabemos lo que es.
Y después de esta reflexión para desahogarme sobre el sueño infinito que he acumulado a lo largo de este año y medio, vamos al tema. Cuadrar los horarios de sueño es algo que siempre nos ha traído un poco de cabeza. Cuando son muy bebés es más o menos fácil porque se supone que duermen cada poco tiempo, aunque muchas veces no sea así.
El problema viene cuando son un poco más mayores, cuando aguantan más tiempo despiertos y quieres que por la noche se acuesten a una hora más o menos normal. Olivia no va a la guardería, así que por las mañanas no es necesario que se despierte demasiado pronto. A pesar de ello siempre hemos querido que su hora de irse a dormir rondase las 21:00. Si fuese a la guardería con más razón.
Ha habido veces que acostarla a esa hora ha sido más o menos fácil y otras que la cosa se nos ha complicado muy mucho. No sé como habrá sido el proceso con vuestros hijos, pero Olivia ha ido aguantando más horas despierta progresivamente, poco a poco.
Cuando aguantaba unas 3 o 4 horas despierta era perfecto, porque se despertaba sobre las 8, a las 12 se echaba su siesta mañanera de una horita y por las tardes sobre las 4 se echaba otra, de manera que cuando llegaban las 9 tenái un sueño infinito y en seguida se quedaba dormida (aunque a la hora ya estuviese con su primer despertar nocturno).
El problema vino cuando aguantaba más despierta y no éramos capaces de cuadrar las dos siestas. Si por la tarde se despertaba a las 6 o las 7, ¿Cómo iba a tener sueño a las 9?. Hay niños a los que eso les da igual, lo sé de primera mano. Les da igual que se hayan despertado hace apenas un par de horas quesi llega su hora de dormir se quedan fritos a la mínima. Pero con Olivia no ha sido así nunca. Ella necesita sus horas de desgaste.
Cuando vimos que con dos siestas se nos hacía muy tarde, redujimos a una. Al principio fue un poco desastre. No se podía echar la siesta demasiado pronto porque entonces a última hora de la tarde no podría con su alma, así que llegaba un momento por la mañana en que la pobre estaba un poco insufrible. Poco a poco fuimos cuadrando y a día de hoy parece que hemos conseguido llevar una rutina que más o menos se adapta a todos. Pero nos ha costado, nos ha costado mucho.
Como quien desarrolla alguna fórmula matemática, nosotros hemos buscado la nuestra. Hemos reducido horas de sueño, alargado siestas para más tarde volver a acortarlas. Despertado y dejado dormir, lo hemos probado todo hasta dar con la tecla que más o menos nos funciona y que aún así, después de tanto ensayo error, a veces sigue desafinando.
Cuando hablamos entre nosotros, siempre decimos que nuestra maternidad y paternidad nos ha resultado “fácil”, que todo nos ha salido muy rodado, muy natural, muy instintivo, pero con el tema del sueño, hemos tenido que hacer mucho encaje de bolillos, nos ha costado mucho. Seguramente el hecho de que Olivia haya dormido más bien mal desde el día en que nació haya tenido mucho que ver. Algún fallo tenía que tener.
Y vosotras ¿Qué ha sido lo que más os ha costado de la maternidad?, ¿Os ha costado cuadrar horarios?