¡Hola! ¿Cómo ha ido la semana? ¿Te ha resultado sencillo hacer la lista de cualidades? ¡Cuéntame, cuéntame! Estoy impaciente...
Esta semana traigo otro ejercicio que va de hacer listas. Si me conoces y has visto el blog, me encantan las listas, jejejejejejeje. Para mi, poner por escrito ciertas cosas me ayudan a organizar la mente, a darles valor, a saber lo que quiero, a comprometerme...no sé, es como que queda por escrito y entonces se convierte en algo "más palpable"... Ya solía hacerlo pero con el proceso de coaching que realicé descubrí que una muy buena herramienta para alcanzar los objetivo era ponerlos por escrito.
Y te explico ya de que va el ejercicio de hoy porque seguro que por el título te tengo despistada.....¿Cuántas veces dices NO?
¿Que crees que te voy a proponer? ¿Que utilices menos veces la palabra NO con los niños? ..... Pues no, no van por aquí los tiros.....
Lo que hoy quiero proponerte es que digas NO a lo que NO quieres hacer, que respetes tus necesidades y tus emociones, que no fuerces la máquina y no aceptes cosas que no crea que son justas contigo misma. En definitiva, que te respetes, porque cuando dices NO a lo que realmente no quieres hacer te estás respetando y estás pidiendo a los demás indirectamente respeto.
Esto podemos aplicarlo a cualquier ámbito de tu vida: En casa, con tu pareja, con los niños, en el trabajo, con la familia, con amigos.... ¿Cuántas veces te han pedido un favor en el peor momento, cuando estabas a tope de trabajo, o teniendo mil cosas que hacer, y por no decir que no te lo has cargado a las espalda y has acabado el día con la sensación de no poder más? ¿Cuántas veces has pagado con otros un enfado que no iba con él?
Con los niños nos pasa lo mismo: mamá me llevas la mochila, mamá me aguantas el zumo, mamá toma la chaqueta...y al final acabas como un árbol de navidad. ¡A mi me pasa como me descuide! Está bien que ayudemos a los niños, es bonito complacer a veces a otra persona y hacer algo por ella, pero cuando eso afecta a nuestro respeto porque nos pasamos de no tenernos en cuenta, nuestras emociones entran en conflicto.
El ejemplo de las chaquetas, mochila... es muy sencillo pero creo que muy gráfico. A mi me molesta ir cargada, mira no se porque, pero tengo dos niños y si los dos me dan la mochila, la chaqueta, y todo lo que lleven en las manos a mi me entra complejo de mula. Además de ponerme nerviosa porque ya no les puedo dar la mano y encima si me piden el bocata como no lo saque con las orejas....imposible.
Quizá a otra persona no le moleste llevar las cosas del niño, por ejemplo si solo tienes 1 niñ@ te queda la otra mano libre, pero ¿si tienes 3 niños? ¿o 4?¿Qué te estoy proponiendo?
Que pongas límites a las situaciones que no sean respetuosas contigo misma, que te tengas en cuenta, para que así tus emociones no tengan la necesidad de venir al rescate. Si, porque las emociones son todas buenas, y cuando pegas un grito de "ya no puedo más" eso te está avisando que llevas mucho tiempo aguantando y sin respetarte. Hace un año escribí un artículo sobre esto, que me sucedió un domingo intentando llegar a todo y en él explico más sobre las emociones y porqué aparecen. Si quieres leerlo en el propongo un plan de acción para casos de "emergencia por estrés absoluto".
Los límites son muy necesarios en la vida y en la educación, y en disciplina positiva los límites sirven para respetar las necesidades de los padres, las situaciones, los lugares... en definitiva a los demás. Necesitamos poner límites para respetarnos. Y para cada persona los límites serán los distintos, existen pocos límites universales y son aquellos que pueden hacer daño a otro o a uno mismo.
Así que vamos ya al grano:
EJERCICIO.
¿Tienes papel y lápiz?
Haz 2 columnas en el papel.
En la primera columna escribe todas aquellas cosas que te "molestan", que te sacan de quicio, te ponen nerviosa, que haces a regañadientes....
Te pongo un ejemplo:
A mi me saca de quicio que me dejen toda la faena para mi.
Que no paren de pedirme cosas casi sin darme tiempo a respirar.
Que me carguen como a una mula.
La impuntualidad (sobre todo llegar tarde a los sitios por esperar a "otros" que no voy a especificar por si lo lee...jejejejeje).
Ok.
Ahora vamos a hacer otra columna en la que escribiremos qué podemos hacer para sobrellevar estás situaciones y que no se nos queden atascada en forma de enfado que después va creciendo.
Por ejemplo:
"Que me dejen toda la faena": Podría pedir ayuda con anticipación o en el momento en lugar de quedarme callada y pretender que el otro se de cuenta que voy hasta el cuello.
"Que no paren de pedirme cosas": Decir que no cuando realmente no puedo. Simplemente un "ahora mismo no puedo, ¿podrías hacerlo tu?". No dejar de hacer lo que estoy haciendo yo para hacer lo de los demás.
"Que me carguen como una mula". Aquí si que decir que no. Ser firme con cariño.
"La impuntualidad". Aquí poco tengo que hacer, más que intentar levantar a todo el mundo temprano y esas cosas. Para no quedarme con el estrés, el viernes por la tarde me voy a hacer 1 hora de baile.
En la lista te pueden haber salido muchas cosas con las que no puedes hacer "nada" (como por ejemplo ir a trabajar, "soportar" al jefe, etc) y lo que podemos hacer aquí es liberar tensiones. Hacer deporte o alguna actividad que nos relaje y nos guste, darnos un baño.... cualquier cosa nos sirve.
Por último, selecciona de tu lista las cosas que crees que, simplemente, podrías decir que no. Escríbelas de nuevo todas juntas.
Esas serán tus límites, son las más importantes porque son las más sencillas y las más fáciles de pasar por alto pero que si las sumamos nos acaban cargando mucho.
Ahora ya sabes qué es lo que te hace no sentir respeto por ti misma y por tus necesidades. No se trata de que digas un no y punto, si no de que expreses asertivamente que en ese momento no puedes hacerlo.UNA ÚLTIMA COSA:
Acerca de la palabra "no". Los niños pequeños de menos de 4 años no comprenden su significado. Lo interpretan a su manera y al escuchar que no piensan que será un no "para toda la vida". El ahora no, pero luego sí, no lo comprenden porque su cerebro aún no está preparado. Es muy recomendable evitar usar la palabra "no" y cambiarla por una frase en su sustitución y dar opciones: "Ahora mamá está ocupada, lo hacemos después de comer o después de la siesta?".
El no siempre genera en el que lo recibe un poco de rechazo, incluso en los adultos, pero en los niños sobretodo les pueden entrar incluso ganas de hacerlo (como cuando les dices "no toques esto" y ellos van y lo tocan. Quizá no tenían pensado tocarlo pero al habérselo mencionado les ha entrado la curiosidad y han querido descubrir porqué no se podía tocar).
Resumiendo el ejercicio de hoy:
Respeta tus necesidades y emociones haciendo lo que realmente sí quieres o puedes hacer y rechazando lo que no.
Expresa tu imposibilidad de hacer lo que te piden con asertividad.
Con los niños vigila usar demasiado la palabra "no" y busca frases para decir lo mismo pero en positivo.
Busca momentos a la semana para poder canalizar y sacar a fuera todas esas cosas que te molestan y te enfadan pero que no puedes hacer gran cosas para evitarlas.
Ilda nos cuenta qué tal lleva esto de decir no en su blog, aportando como cada semana su experiencia y punto de vista. También puedes leer lo que Ana de mamadeverdad tiene para contarnos sobre decir No y establecer sus propios límites.
Bueno, hasta aquí el ejercicio de hoy. Creo que este ejercicio puede ser un punto de inflexión muy grande si tus gritos vienen derivados por el cúmulo de situaciones como las que hemos puesto en la lista. Si sumas este ejercicio a los anteriores que ya te han proporcionado calma, ver las cosas desde un punto más positivo, y reducir el estrés, estoy convencida que dos semanas más ya me estarás contando que te sientes muy muy bien.
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Fuente: este post proviene de Educar para el futuro, donde puedes consultar el contenido original.
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