Nuestros hijos a su corta edad poseen poco lenguaje; el cual algunas veces no les permite identificar sus emociones y transmitirlas de manera correcta. Es por eso que entre la edad del 1.5 años a 2 años comienzan las rabietas de manera continua. Los expertos dicen que es el camino para formar un niño sano y desarrollar de manera positiva su inteligencia emocional.
Es nuestro papel como padres conocer los aspectos que están pasando para llevar a un niño al berrinche y ayudarlo a identificar cómo se siente en ese momento. De tal manera que juntos podamos explorar alternativas y darles una perspectiva diferente ayudándolos a adoptar una actitud ante el problema.
Las emociones en esta edad encierran enojo, frustración, ansiedad y tristeza. Observar más y conocer mejor al niño nos ayudará a identificar el sentimiento o emoción del momento. Con tan solo verlo jugar, podremos saber cómo enfrentarán las situaciones y cómo podré ayudarle.
Hay muchos tipos de berrinches pero siempre debemos estar conscientes que somos personas que hacemos acciones y esas acciones tendrán consecuencias. Por lo que en este post, te presento herramientas que puedes aplicar para prevenir las rabietas antes de que sucedan o controlar una situación que se te esta saliendo de control.
1. Prevención:
Los niños comunican sin palabras, tu puedes tener el sartén por el mango si estableces reglas y rutinas. Se logrará con la insistencia, perseverancia y repetición diaria con tus hijos. Todos en la casa las deben de conocer y llevar acabo en el día a día, los acuerdos deben de ser claros y transmitir las reglas de la casa. Te recomiendo hacer una implementación con estrategias para que entiendan creativamente lo que se va a hacer.2. Cambia tu estrategia:
Estoy segura que al menos una vez al día hay un berrinche en que el hijo y la mamá tienen un conflicto. Para evitar esto, debes de ser firme en tus palabras y estar respaldada por tu pareja; recuerda que son un equipo. El niño esta en espera de la consecuencia, pero puedes sacarlo de su base para parar una rabieta. ¿Cómo se hace? Comunica el mensaje con amor; pero además debes de hacer algo que no tenia esperado. Si la hora del baño es una pelea, puedes ofrecerle diferentes alternativas. "Hoy nos bañaremos en un lago, ¿quieres ir en barco o prefieres quedarte en la orilla a jugar" En cuanto cambias la estrategia, la actitud será diferente porque se enfrentará a algo que no esperaba, ¡un juego de imaginación con sus padres!3. Busca otro ambiente:
Escucha lo que tu hijo no te esta diciendo con palabras en ese momento. Un ejemplo clásico es el plato de sopa en el piso a la hora de la comida; debes de desenchufarte del enojo porque lo más importante es tu hijo. Acércate y dile que cuando termine de hacer su pataleta vas a estar en otra habitación y lo invitas a hablar contigo. Aléjate, haz tus cosas y cuando él este calmado se va a acercar a ti. Debes de demostrar que la vida sigue, pero que habrá una consecuencia: "ya todos habrán terminado de comer cuando regreses a la mesa"
4. Di palabras sanadoras:
Lo que para ti es un problema simple, para ellos es un problema real. A su corta edad necesitan del vínculo de amor y cariño de mamá y papá. La manera en como les digas las cosas, hará que cambien de actitud y se sentirán seguros para abordar el problema. Juega también con ellos a ser niña otra vez, "A mí tampoco me gusta levantarme temprano para ir a la escuela, pero lo hago con alegría porque voy a aprender cosas nuevas" Ponte en sus zapatos y expresa de manera clara los sentimientos.Si tu hijo se pone en peligro no hay ninguna estrategia más que salvaguardar su integridad; tómalo con cariño, firmemente y contenlo. Si estas usando una de estas herramientas y el berrinche empeora, cámbiala.
Hacer un trabajo de involucramiento de toda la familia, es construir un muro para darle contención y seguridad al niño. Recuerda que los límites dan seguridad y sirven para impulsar. Si hay límites de pequeños de grande serás feliz, porque conoces la contención y herramientas que te ayudaron en la infancia.
Esta en tus manos ayudar a que dominen las emociones y sentimientos desde una edad temprana para que no sufran en el futuro. Visualiza a tu hijo siempre antes de que quieras ceder. ¿Cómo quieres que sea de adulto?