Mal día en el trabajo, malos entendidos con los compañeros, se rompe la tira de sujetador mientras hablo con un cliente, recibo un whatsupp de mis hermanas porque se me ha olvidado el santo de mi padre, aparco a tomar viento, llueve cuando ya tenia la ropa del tendedero seca, se quema la comida... en fin. Días de estos tenemos todos. Y eso que son sólo las tres de la tarde.
No sé donde leí que el truco es aprender a lidiar con estos días. Y usaban la metáfora de la arena movediza:
Cuando caes en arena movediza, al intentar salir te hundes más, con cualquier movimiento te empiezas a hundir y hundir hasta estar cubierto totalmente por la arena. El truco es NO moverte. Si lo pusiéramos en practica sería algo así como aprender a no moverse, o a relajarse. La desesperación, la impaciencia, los nervios o frustración hace que tomemos decisiones precipitadas y tal vez, generar más errores. En mi caso, después de un mal día, salgo a correr un poco. Sin pensar en nada. Relajando la mente. La mente despejada puede ver soluciones que con los nervios no éramos capaces de ver. Relajarse, priorizar y elegir. El orden de prioridades en el arreglo de errores, es arreglar lo peor primero y saber distinguir entre importante y urgente.