La verdad Raúl ya sabías que yo iba muerta de miedo aquel 18 de noviembre, pero cuando te vi… con tan solo tu mirada y tu sonrisa me dejaste planchada, me hiciste sentir bien al instante. Desde ese día, cuando algo me preocupa, me entristece, me da miedo o simplemente me frena, sólo me vienes a la cabeza tú. Te visualizo perfectamente, veo tu sonrisa, tu mirada, puedo sentir tu característico olor… cierro los ojos y aún es más intenso. Es cuando entonces mi cuerpo se relaja y se llena de fuerza para sentirme capaz de hacer todo lo que me proponga.
Ya te lo he mencionado en otras ocasiones, pero realmente conocerte fue lo mejor que pudo pasar y lo peor, te explico porqué. Conocerte a ti y a niños con capacidades extraordinarias ha hecho que mi mundo cambiase por completo, tener una percepción de la vida diferente, disfrutar de cada mirada, de cada sonrisa, hasta de un pequeño haz de luz, todo eso me lo enseñáis vosotros. Eso es lo mejor que pudo pasar, pero lo peor es que desde entonces los trabajos que me vengan después no me parecen bonitos, me parecen aburridos…tu me enseñaste a mirar a través de un muro e imaginar escenas completamente locas y sentir que no necesitamos la vista para poder ver, solo necesitamos la mente para poder soñar y ver lo que queramos. Me enseñaste que un derrape con una silla de ruedas podía ser lo más excitante y divertido que pudiese llegar a imaginar y tan solo por verte una sonrisa en la cara de oreja a oreja.
No puedo dejar de recordar cuantas veces te contaba chistes verdes y te descojonabas a carcajada limpia, y llegábamos a la clase los dos con lagrimas en los ojos de tanto y tanto que reíamos… por que…porque no decirlo… tuvimos muchas charlas verdes a la vez que también serias, risueñas y divertidas. En poco tiempo que estuvimos juntos nos dio para mucho y puedo asegurarte que me faltaran días en mi vida para agradecerte tanto tus miradas, tus sonrisas, tus besos, tu abrazos que llenaban de paz y te recomponían el alma.
Escribo estas líneas y aún me sigues sacando la sonrisa y es que tu viniste al mundo con un fin muy claro, SER DONANTE DE SONRISAS Y PRUEBA VIVIENTE DEL ESFUERZO Y VALENTÍA.
Pocas personas tienen el don de sacar la sonrisa de alguien con tan solo mirarte, y tu mi querido Raúl tenías una de las sonrisas más arrebatadoras que he visto, lejos de lo que el mundo pueda creer, una sonrisa arrebatadora no es una dentadura perfecta simplemente es una sonrisa capaz de llenar el alma de puro amor y paz.
Allí donde estas ahora corazón mío sigue practicando tu don, aquellas almas que veas que se apagan…acércate, míralos y simplemente sonríe, al instante podrás comprobar que volverá a brillar.
Gracias, gracias y gracias, por tanto recibido mi campeón. Sabes que siempre serás mi campeón y mi referente en la vida.
Te quiere siempre, Marta.