La semana pasada acudí a un curso de la Escuela de Padres y Madres que organiza gratuitamente el ayuntamiento de Barakaldo. Son unas charlas que van itinerando por las salas que les ceden los colegios del municipios. La temática de los cursos es variada y yo conseguí cuadrar mi agenda para ir a la primera sesión del que se titulaba "EDUCAR SIN PREMIOS NI CASTIGOS". De todas manaras en la web www.barakaldo.org está toda la información.
Como he mencionado las charlas no tienen una sede fija, así que tocó tirar de googlemaps, para saber donde narices estaba el colegio de las Salesianas de Barakaldo. Efectivamente, y como no podía ser de otra manera al tratarse de un centro religioso, el sitio estaba donde Cristo perdió la zapatilla. De hecho hay una rotonda alrededor de la zapatilla , y de hay se va derivando todo el tráfico de vehículos hacía la A68. Llegué justo, corriendo, con la lengua fuera, pero llegué. (*nota para mí mismo no hacer nunca más running con camiseta térmica, jersey y trenka)
En el aula, sentados en semicírculo, estábamos siete padres y unas veinte madres. El dado por desgracia no es llamativo, parece que la paternidad consciente no es algo preocupe realmente a mucha gente. O quizás es que creemos que todo lo hacemos perfecto y que nadie nos pueda enseñar nada.
Se habló sobre la responsabilidad como objetivo. El ponente nos dio una definición de responsabilidad para trabajar sobre esa idea "Se es Responsable de algo cuando Nadie más es Responsable". En román paladín, "nadie te va a vestir, te tienes que vestir tu solito" . No sólo hay que conseguir que hagan las cosas diciéndoselas una sola vez, hay que conseguir activar un click en sus cabecitas y que automáticamente, y sin que les digamos nada, hagan esas cosas que tienen que hacer ellos solitos. Se trata de ceder espacios de autonomía, si no les damos la única responsabilidad, cada vez de más cosas, podemos encontrarnos en pocos años preguntando a un adolescente, si se ha lavado los dientes, recogiendo sus calcetines del suelo o, en casos extremos, saliendo en Hermano Mayor.
Se habló de los ritmos de los niños pequeños, que no son los mismos que los nuestros. Nosotros vivimos pendientes del reloj y los niños siguen ritmos más naturales, el sueño, el hambre, etc. Además el motor que básico que mueve a los niños es la apetencia. Normalmente coincide que nosotros tenemos prisa o interés por hacer algo y no tienen ningunas ganas.
Al parecer hay 3 formas de enseñar, La instrucción Verbal, la Imitación y la Experiencia Directa.
Por lo que nos dijo el profe, tendemos a
La receta, menos ordenes. Se dicen las cosa una vez, de manera clara y asegurándonos de que nos a escuchado.
Esta parte fue muy divertida porque, las madres que estaban en el curso empezaron a decir que si por sus hijos fuese irían a clase en pijama. La respuesta fue "Pues si tienen que ir pijama un día no pasa nada, seguro que sólo lo hacen ese día" La respuesta no sé yo si tuvo mucha predicamento, al parecer no vestir pijama fuera del ámbito doméstico es un asunto vital para el sano desarrollo del ser humano. Una mujer a mi lado llegó a decir "¡No se puede consentir que un niño vaya en pijama a clase!". Yo le contesté que lo que no se puede consentir es que un niño pegue a otro, humille a otro o le de por el futbol, que embrutece mucho. Estaba yo pensando en todo el personal sanitario que trabaja en pijama todo el día y lo cómodos que se les ve, por no hablar de Hugh Hefner que fundó un imperio editorial empijamado.
Respecto a la enseñanza por imitación tiene sus limitaciones. Según se van haciendo grandes te dejan de imitar, y cuando ya son adolescentes incluso se empeñarán en hacer justo lo contrario de lo que haces tú. Necesita un modelo de comportamiento muy coherente por nuestra parte, alguna vez escribí algo sobre esto. Además los comportamientos o hábitos que quieres que adquieran tienen que ver como los haces, de nada sirve que leas mucho si ellos no te ven leyendo en tu sofá, si quieres que adquieran esa costumbre. Tampoco es cuestión de ir por casa anunciando en voz alta "Mira papá como coge los calzoncillos y los pone en la cesta de la ropa sucia" y además teatralizando. Simplemente que te vean hacer las cosas que quieres que ellos hagan.
El método por el que apostaba el ponente era la experiencia directa. A corto plazo es el más árido, pero es que va encaminado a conseguir que sea conscientes de las consecuencias que tiene ser responsable de las cosas y hacerlas o no., siempre claro con el límite de la seguridad del niño, no es cuestión de que se hagan daño.
Pero si un día no saben donde está su juguete favorito es porque no lo guardaron el día anterior y eso es sólo problema de ellos. Se aguanta el chaparrón de lloros y rabieta lo más estoicamente posible y se le traslada a él la única responsabilidad de sus actos y listo. De los errores se aprende.
Y eso fue todo, una horita muy entretenida y aprendiendo mucho. A ver cuando es la próxima sesión a la que puedo colarme, y a ver si esta vez está un poco más cerquita de casa.