Si dejas que pase, pasa…
Cuando en la escuela empezamos a implementar unas bases pedagógicas acordes con la escuela activa (acompañamiento respetuoso, respeto por los ritmos de aprendizaje de cada uno, no crear expectativas, adaptar espacio y material a las necesidades evolutivas e intereses de los niños, crear unos espacios seguros y que fomenten la autonomía…) recuerdo que, a pesar de que una de las premisas es la de confiar plenamente en las habilidades naturales de los niños sin esperar nada, simplemente confiar en que si dejas que pase pasa, todavía no había tenido la posibilidad de observar algunos procesos que se llevaran a cabo de manera natural.
Y, de manera inconsciente, me costaba creer (aunque quería creer).
Fue entonces cuando, una vez empezamos a poner en práctica estas bases en la escuela, pude empezar a vivenciar todos estos procesos… Y uno de ellos fue el de contemplar cómo los niños aprendían a leer de manera espontánea… “Aqui dice Perú”, dijo uno un día señalando el país en el mapa mundi. “Aquí dice mamá” dijo otro un día jugando con las letras del alfabeto móvil, “Aquí dice ppppeeee, pe.” dijo una niña mirando un cuento. Y, a nosotras, se nos saltaban las lágrimas porque sabíamos que era esa la manera más natural, pura y auténtica de conectar con la lectura.
“Cualquier ayuda innecesaria es un obstáculo para el desarrollo” M. Montessori
¿Os habéis dado cuenta la felicidad que experimentan los niños cuando consiguen algo por sí mismos? ¿Percibís con qué orgullo se alzan? Se sienten los dueños del mundo, de su mundo, de su aprendizaje.
Os pongo un ejemplo: En el parque me tienen como un bicho raro ya que, a veces, suelo decir a otros padres: “No, no ayude a mi hija, ya estoy yo aquí para que no se caiga” o cuando viene mi hija a preguntarme: “¿Me ayudas a subir ahí?” y yo respondo con un: “No, cariño, si tú ahora no puedes, ya podrás en otro momento”. Imaginaos la cara que ponen los de alrededor. Con la primera de las frases me miran mal y ya está pero con la segunda… jijiji se les debe pasar de todo por la cabeza, desde mala madre a pobre niña lo que tiene que aguantar… Pero mi hija, cuando consigue subir a ese sitio que tanto le ha costado por sí misma, es la más feliz de todo el parque… Y yo también.
Imaginaos qué satisfacción que de repente seas capaz y consciente de estar leyendo por primera vez una palabra. La cara que ponen los niños es de inmensa alegría. Estar presente en estos momentos para mí es un privilegio.
Cuando lo viví por primera vez, recuerdo que pensé: “Aaah, era esto a lo que se refería Rebeca Wild cuando hablaba de aprendizaje de la lectura de manera espontánea”, ni siquiera había sido capaz de imaginar una situación así porque no la había vivido ni conmigo ni con nadie.
Entonces si, según los expertos en el tema, para adquirir gusto por la lectura se ha de tener previamente (y durante) una experiencia agradable y positiva, vamos a utilizar todos nuestros conocimientos y los recursos que tenemos a mano y que ya sabemos que funcionan, para que esto se pueda dar:
Respeto por los ritmos individuales de cada uno
No adelantar etapas
Relacionar la lectura con emociones positivas (sabemos que la emoción es un componente esencial del aprendizaje significativo y que el estrés es el enemigo número uno)
Proponer actividades previas a la adquisición de la lectoescritura (porque es un proceso que va de la mano) atractivas y motivadoras.
El otro día leía que el aprendizaje de la lectoescritura es uno de los procesos más difíciles que debemos adquirir. Yo no lo consideraría difícil, complejo si, pero no tiene porqué resultar difícil. Puede resultar difícil no, tormentoso, si se presenta este aprendizaje de manera obligada a alguien que no está preparado para ello, pero no para alguien que ha madurado las estructuras previas (ergo está preparado) y siente la necesidad (social) de aprender.
Pensad en este niño al cual lo han obligado a aprender algo cuando no estaba preparado para ello, ¿cómo puede ser la relación que establece con la lectura? Puede relacionarlo con frustración, con dificultad, con estrés, como una obligación, con dificultades de aprendizaje, con estar señalado delante de los demás, con necesitar de un apoyo y bajo ningún concepto como algo placentero.
Por cierto, no existe ningún estudio que demuestre que los niños que empiezan a leer a los 5 años tengan mejores resultados a largo plazo que los que aprenden más tarde.
¿Y cómo lo hacemos entonces?
Pues preparamos el espacio cuidadosamente y ponemos a su alcance los materiales necesarios para que, por sí solos, aprendan a leer.
Os enumero algunos de los materiales para la adquisición de la lectura que tenemos en el espacio de lecto:
Diferentes tipos de abecedarios (imán, madera)
Caja de sonidos
Buzón, papel y lápiz
Botes de palabras
Serie rosa, azul y verde Montessori
La granja Montessori
Juegos de palabras
Letras para engarzar
Rectas y curvas de madera Waldorf
Pizarras individuales …
En el resto de ambientes y talleres (consciencia fonológica, psicomotricidad, música, teatro, danza…) también se pueden encontrar numerosas actividades y materiales que tienen por objetivo promover habilidades imprescindibles para que la conquista del proceso de lectura y escritura se lleve a cabo de manera exitosa.
Una lectura recomendada para primeros lectores
Y, aprovechando este post relacionado con la lectura, quería compartiros un proyecto muy especial que he hecho conjuntamente con una persona también muy especial. Os presento una adaptación infantil ilustrada de un clásico: Don Quijote de la Mancha. Las ilustraciones son de mi pareja, Iván Mata y yo he hecho la adaptación del texto. La idea de este proyecto es el de acercar con un lenguaje sencillo y una estética cuidada, clásicos que suelen ir dirigidos al público juvenil a un público infantil.
En un lugar de la Mancha… vivía Don Quijote, un autoproclamado caballero al que le encantaba leer historias de caballerías. Junto con su amigo Sancho y su caballo Rocinante emprendieron un viaje en busca de injusticias que resolver, personas que defender y princesas que rescatar.
Este libro es para niños con ganas de aventuras y para aquellos que empiezan a familiarizarse con la lectura. ¡Espero que os guste! Lo tenéis a vuestra disposición en el Atelier en catalán y en castellano, aquí.
¡Nos leemos el próximo mes!
Me cuelo un momentito en el artículo de Turquesa para comentarte también que estamos en plena campaña de crowdfunding en Verkami con las Cartas de la Maternidad Consciente. En tres días hemos conseguido nuestro objetivo inicial (¡Queé pasada!) y queremos ampliarlo para poder imprimir una tirada mayor y abaratar el coste, ¿nos ayudas? Mira las recompensas tan chulas que hemos preparado aquí. ¡Muchísimas gracias por el apoyo en difundir entre tus círculos de mujeres!
Aguamarina