Este fin de semana me he enterado a través del Facebook, que una tal Laura Caballero, escribió un tweet donde mostraba la fotografía (no autorizada) de una madre con su bebita viajando al frente de ella en el tren de media distancia, en el texto se quejaba del "panorama" que le esperaba durante las próximas 4 horas de viaje. El tweet que fue borrado, tuvo su aluvión de criticas detractoras y en favor de las madres, y por supuesto otras muchas en apoyo de quien resultó ser la guionista de "Aquí no hay quien viva".
Se entiende perfectamente que una persona no desee tener hijos, pero así como ella no es repudiada por su decisión ¿por qué ella si puede hacerle lo contrario a la madre, y al bebé?. A veces me pregunto, ¿de verdad estos individuos que no personas creen que nunca fueron niños?, ¿Qué pensarían si sus madres les dijeran que cuando ellos eran pequeños ella fue segregada de toda situación social cotidiana y sus hijos tratados como meras molestias sociales?. Yendo mas lejos, ¿creen que si en este mundo dejan de nacer niños su seguridad social se pagará sola, tendrán médicos, enfermeros y otros muchos profesionales a su servicio que los atiendan en su no tan lejana vejez?
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Muchas de mis amigas no quieren ser madres, sus razones son diversas pero la conclusión es la misma, y no por eso han dejado de visitarme, saludarme, y cuando por fin logramos coincidir y quedar, les pregunto si quieren que lleve a mi peque, y ellas siempre están encantadas, aunque del grupo la única mamá sea yo. También hay ocasiones en que decidimos salir solo chicas, y entonces el peque se queda en casa con papá, yo no le impongo a mi hijo a nadie, pero todos respetan cuando estoy con él.
Tengo otras dos parejas de amigos que también decidieron no ser padres, pues ellos se lo montan para solucionar su falta de interés por los niños, unos van al cine de mediodía de un cine que ya han estudiado, y saben que allí a esa hora no encuentran niños, las salas están bastante solas y para ellos es genial porque no les gusta la idea de ver una peli con niños, pero se mueven ellos, que son los que no aceptan a los peques, no recriminan a los padres. Mis otros amigos, lo solucionan con salidas nocturnas, siempre cae algún niño en las reuniones, pero los padres normalmente nos marchamos temprano, los niños se cansan y los padres no podemos mas, y ellos se quedan felices y no se ha discriminado a nadie, todos han estado de acuerdo en el procedimiento.
Vivimos en una sociedad donde se habla mucho de los derechos de los niños, pero en la práctica no hay quien realmente los regule y los haga cumplir. Nuestros niños sufren de un constante bullying social y este es indefectiblemente proyectado hacia sus padres. Lo que ha hecho esta mujer con su triste comentario en el twitter es bullying social, si el comentario hubiese estado acompañado por la fotografía de un negro, indio, chino, albino, musulmán, judío, hare krishna, enano, gigante, cualquier otra combinación o incluso de alguien portando la camisa de algún equipo deportivo o alguna bandera de una comunidad autónoma los pronunciamientos no se hubiesen hecho esperar, tendríamos el caso en la tele, a Mariló Montero con sus tarugadas, Ana Rosa y su amarillismo, y hasta una Belén Esteban diciendo que por su hija mata, mas una semana de circo mediático que no solucionaría nada, pero se hablaría del tema porque a alguien le habrá indignado.
Pero cuando se trata de vejación o maltrato a los niños, no hay un consenso en la opinión pública, todo el mundo opina como debe ser criado un niño, la mayoría cree que son molestos, y el resto asiente cómplice el comentario, incluso muchos que son padres. Si es durante una reunión de la guarde no faltará quien critique la falta de "mano dura" de los que criamos con apego, si es durante un viaje, las caras de terror al ver que toca al lado de una familia es de impacto, así la pobre criatura ni se mueva durante el viaje, en los restaurantes, algunos piden "por favor" a los abuelos no consentir a los nietos, otros piden cambiar de mesa "a la familia", porque evidentemente los que están en su derecho son "ellos", que no tienen hijos, han ido solos, o ya sus hijos dejaron atrás la primera y segunda infancia, o si denuncias un vídeo de maltrato infantil en Facebook te dicen que "no incumple sus políticas", así se trate de unos padres golpeando salvajemente a su recién nacido (aunque la respuesta será la misma mientras sea un niño de cualquier edad) y no hablemos de los cientos o miles que compartirán el videíto en cuestión de minutos, ¿por morbo o seguimos hablando de falta de empatía e irrespeto a los infantes?, y así podría seguir citando ejemplos, y entonces no hay mas que decir para ser conscientes de que claramente estamos ante un caso endémico de bullying social, en el que de forma intencionada no se permite a alguien "pertenecer" a un grupo al ser incluido.
Y es que cuando se tienen hijos, los padres, pasan a ser los grandes olvidados, nadie sigue sus propuestas, todo lo que se diga a favor de los niños parece excesivo e innecesario porque "en mis tiempos...", y por eso seguimos siendo una sociedad retrograda que no piensa en los niños que son nuestro presente y nuestro futuro.
Estamos frente a una sociedad en la que los niños no tienen derecho a opinar, y sus padres, tampoco, así, son criticados los padres que se reducen la jornada, los que crían con apego, con empatía, con respeto, los que no aceptan ese ascenso porque quiere estar mas tiempo en familia, o directamente no son ascendidos aunque se lo merecían por ser padres, sobre todo, si eres madre, o la madre es despedida por cambiar su "situación" a la de madre, o los padres que son sacados de la habitación cuando la enfermera tiene que pinchar y sacar sangre, los derechos de los niños a protección, salud, estar siempre con sus padres y pasar tiempo de calidad con ellos, sencillamente son vulnerados y violentados todos los días.
Y así nuestros niños son excluidos a diario, en el metro, es nada mas entrar una madre con un carro, y ver las miradas de incomodidad del resto de los pasajero, ver a un madre en el autobús porteando su bebe y que nadie le ofrezca un asiento, la seguridad del niño no importa, la de la madre tampoco. Y mas vale que el niño no llore, o veremos a la madre victima de todas las miradas acusadoras y de cállalo ya, y bajándose en una frenética huida del colectivo acusador en la siguiente parada aunque la suya estuviese diez mas adelante. El problema, my friends, no es el niño, el problema es la desidia y la falta de empatia con el prójimo.
Si es en verano, están los típicos que me pregunto cuando se compraran su propia playa, porque no quieren que los niños correteen, los salpiquen de arena, les ensucien las toallas, o les llenen de agua cuando han salido del mar. La solución es sencilla, no es el niño el que debe irse de la playa o los padres regañarles porque sus hijos son "malcriados", no, si tanto te molesta ve a una playa poco concurrida, a una playa privada, y problema resuelto, el problema lo tienes tu, no el niño que está viviendo su etapa feliz, que hace cosas de niños, y no tiene por que saber cuales son tus traumas, complejos y pajas mentales ¿o es que ya no recuerdas cuando eras niño?. Porque habrá casos aislados de niños mas inquietos, pero generalmente se queja los mismos que les molesta los que les acaban de tirar el helado encima mientras corrían, como el bebé que llora a cien metros en sus cunita de playa. El problema no es el niño, el problema es tu poco presupuesto (que no te puedes permitir irte al Caribe) y tu falta de cordura, empatía y paciencia.
Si de restaurantes se trata, están los que aspiran a que los niños se comporten como adultos, con las servilletas bien puestas y hasta que utilicen los cubiertos. Siento deciros que los niños aprenden rápido, pero a su tiempo, y hasta que llegue esa etapa, reirán a carcajadas, dejaran caer los cubiertos, ensuciaran la blanca manteleria, y la solución, no está en prohibir la entrada de familias con niños a los restaurantes, está en preparar menús infantiles, disponer de áreas adaptadas para que los niños jueguen y no se aburran. Un niño aburrido llorará pronto y durante mas tiempo, con un niño entretenido, puede que ni te enteres de que estaba allí. El problema no es el niño, es el restaurante que no estudió su público objetivo. El problema es el comensal que pretende vivir en un absurdo mundo de gente ¿adulta?.
Luchemos contra el bullying, protejamos la infancia, protejamos los derechos de los niños, denunciemos toda actitud de segregación que si son molestas, indignantes y denunciables cuando se aplican a las minorias sociales, también lo son cuando se trata de nuestros hijos.