Llevamos unas semanas haciendo turismo por nuestros alrededores. A veces viajamos fuera en busca de los rincones más escondidos cuando tenemos cosas realmente preciosas al lado de casa que ni siquiera conocemos. Así que me propuse iniciar un viaje con Nico, y visitar sitios que aunque yo conozco él no, otros que conoce pero ni se acuerda, otros que no conocemos ninguno de los dos, y otros que a pesar de conocer ya todos es interesante visitar de nuevo para ver el paso del tiempo o los cambios de estación y colorido en un paisaje determinado. Os aseguro, que desde que iniciamos estas excursiones en familia, y usamos la mirada principiante, nosotros mismos acabamos descubriendo cosas nuevas y disfrutando de otro modo toda la riqueza paisajista que nos rodea.
El castillo de Santa Cruz, es uno de mis lugares especiales del mundo. Recuerdo cuando viví una época en el ayuntamiento de Oleiros, que usaba este lugar para despejar mi mente y conectar con el mar. Nada relaja más que el ruido que hacen las olas al chocar contra las rocas, el olor a salitre, la brisa del mar, y un paisaje abierto tan bonito como el que se ve desde toda la costa de Oleiros. En realidad es un ayuntamiento con unas playas preciosas, digno de ver, admirar y disfrutar…
En la época en que el famoso pirata Francis Drake no paraba de atacar nuestra costa, y que tanto nos ha marcado en la Coruña, se decidió construir distintos fuertes a lo largo de la Ría que defendieran nuestra ciudad. Así que el general Diego das mariñas ordenó construir El Castillo de Santa Cruz, y armarlo con distintas piezas de artillería como el famoso cañón “Barraco” capaz de hundir cualquier barco que se acercara a nuestras costas.
Al finalizar la batalla el Castillo fue abandonado hasta que en el S.XIX José Quiroga, marido de la escritora Emilia Pardo Bazán, lo compró en subasta pública, y mandó rehabilitarlo y convertirlo en un Pazo dónde el matrimonio pasaría los veranos.
Al morir estos, el Castillo pasó en herencia a su hija Blanca Quiroga y su marido el general José Cavalcanti que lo donaron a la Caballería para ser usado como colonia de verano para los huérfanos de la guerra.
Debido a la cercanía del Castillo con el Pazo de Meirás, también era muy frecuentado por la familia de Franco que también estaban ligados a la familia Quiroga – Pardo Bazán.
A pesar de todos estos cambios en el 1978 el Castillo vuelve a ser abandonado hasta que el Ayuntamiento de Oleiros en el 1989 consigue hacerse con la propiedad y decide rehabilitarlo de nuevo y convertirlo en lo que es a día de hoy, un centro de la naturaleza y sede del CEIDA.
A mayores del CEIDA, el Castillo hoy es un punto de Información turística, además de celebrarse exposiciones, cursos, y varios eventos. Aunque puedes llegar hasta el Castillo, y pasear por los alrededores gracias a la pasarela que se construyó hace años, hay unos horarios, para la pasarela y para acceder al interior del castillo.
Invierno: De lunes a viernes: 10-14 h. e 16-19 h. Sábados: 11-14 h.
Verano: De lunes a viernes: 10-14 h. e 18-21 h. Sábados: 11-14 h.
Horarios de la pasarela: Invierno: 8:30h a 22:30h Verano: 8:30h a 23:00h
También puedes reservar una visita guíada que cuesta 1 por persona para conocer más de cerca la historia del castillo. Las visitas son de Lunes a sábado y en horarios de 10 a 14 h. y de 16 a 19 h.
Teléfono: 981630618 a un mail a educacion@ceida.org.
Tanto el paseo marítimo de Santa Cruz, como la Isla con el castillo son lugares preciosos y con mucho encanto para pasear en cualquier época del año. Además a los niños es un paisaje que les encanta y desde dónde pueden ver La Coruña situada en frente. Además si decides llevarlos con la bici, tendréis un largo paseo hasta el Parque de las Galeras ya llegando a Bastiagueiro, del que ya os hablaré en otro post.
El Castillo fue declarado bien de interés cultural por su alto interés histórico.
Te animas a visitar El Castillo de Santa Cruz? Y a hacer turismo en tu propia ciudad? Que lugares son especiales para ti y para tú familia en los alrededores de dónde vives? Es bueno darle una oportunidad a los viajes de corto recorrido, a las miradas primerizas, y a proyectar cada día desde las cabecitas de los más pekes, volver a ser niños, conectar con nuestro propio niño interior… que aunque ya no seamos pequeños, todos tenemos a ese niño dentro. Recuperemoslo y volvamos a jugar…
En los alrededores también puedes ver… La Playa de Mera
Y puedes comer o cenar… Restaurante Los Manzanos
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