El niño y su singularidad: el Método Feldenkrais aplicado al desarrollo del niño.
Para escribir este artículo, me inspiré en la lectura de La sabiduría del cuerpo de Moshe Feldenkrais.
La sabiduría del cuerpo es una colección de entrevistas realizadas a Moshe Feldenkrais, un físico e ingeniero israelí perteneciente al siglo pasado.
Moshé Feldenkrais dio vida a un método de aprendizaje que tiene como base la unidad del cuerpo y la mente. Es un trabajo de conciencia de las sensaciones que provienen del propio cuerpo y la observación de cómo se realiza el movimiento. El Método Feldenkrais mejora la autoconciencia y te lleva a adquirir nuevos patrones de acción que conducen a movimientos conscientes resultantes de la acción conjunta de la mente y el cuerpo. Todo esto tiene como objetivo liberar a la persona de posturas deterioradas y movimientos habituales que conducen a la rigidez, el dolor crónico y los trastornos osteoarticulares.
Feldenkrais, sin embargo, considera la individualidad de la persona como una presuposición indispensable, considerando que la técnica adecuada para una persona no necesariamente lo será para otra. Entonces aquí podemos establecer la primera conexión con el desarrollo psicomotor (y emocional) del niño. Aunque los niños son todos similares en varios aspectos (dos ojos, una boca, dos piernas …), cada uno de ellos reaccionará de una manera completamente diferente y singular al entorno externo.
Ni siquiera se puede pensar en tratar a cada niño exactamente de la misma manera, esperando obtener las mismas respuestas porque, además de la amarga decepción, corremos el riesgo de provocar violencia en el niño que perderá la autoestima si no se siente bien. Como comparar con otros niños es igual de penalizador. No nos damos cuenta del daño que podemos causar en el nivel emocional y el desarrollo en el niño (pero también en el adulto) que le lleva a dudar de sus habilidades. A este respecto, me gustaría citar una parte del libro: Ese tipo que ganó el dan, si comienzas a enfrentarte a él, el mismo día, personas con cinturones más bajos pero más fuertes, más hábiles y más pesados que él y si vencer y sigue siendo vencido cuatro veces seguidas, abandonará el gimnasio, no terminará el entrenamiento y pensará que no es bueno para nada. Cada trauma, cada tarea por encima de sus posibilidades de que usted u otra persona lo coloque al frente puede hacerlo pedazos y además Si el maestro es bueno, lleva al alumno a un nivel de confianza en sí mismo y confianza que en el momento del examen tiene grandes posibilidades de éxito. El mal maestro simplemente lo pondrá a prueba, en cierto contexto, y si es golpeado por un cinturón azul o verde necesitará otro año, o dos, antes de que pueda ganar contra los oponentes de ese mismo cinturón, porque después de la derrota será más incierto en sus movimientos. Por lo tanto, será rígido, no será libre de moverse, sus movimientos serán más lentos, más abruptos, siempre vacilantes. ‘¿Tengo que hacerlo o no? ¿Es el momento correcto? No quiero volver a fallar? ‘.
Para el niño todo es un descubrimiento, todo es un aprendizaje, y estar rodeado de personas que creen y confían en él y que sobre todo reconocen su singularidad sigue siendo la regla de oro del correcto desarrollo psicobioemocional.
Fuente: Katty Ciarallo Naturopata
Traducido al español por Esther Niego Palatchi