La naturalidad que tuvo en dar su discurso, el amor con lo que lo hizo y sobre todo lo que dijo. Todas y cada una de sus palabras nos llenaron a todos de amor, eso está más que claro. Pero a mi entender creo que hizo algo más que dar un discurso. Nos dio a la sociedad una lección de moralidad increíble. Nos enseñó a que si hubiera más personas como él, el mundo sería mucho mejor. Siempre lo he dicho y siempre lo diré. Las personas con “discapacidad” (así los etiqueta la sociedad, de sobra sabéis que no es mi manera de pensar) tiene una fuerza increible. Tienen un don que muchos no poseemos. Tiene todo ese amor que a nosotros se nos va apagando poco a poco. No tienen maldad y saben ver la vida como lo que es, VIDA. Disfrutan cada segundo y lo viven al 100% y por este motivo hay gente que piensa que están mal. Pues bien mis queridos lectores, los que estamos mal somos los que pensamos en que hay algo más importante que VIVIR.
Nada en la vida es más importante que vivir, que sonreír y amar. Desde estas líneas no quiero ofender a nadie, pero si tomásemos ejemplo de Jesús, Raúl, Cristina, Patricia, Sergio, Marina, David, María, Julia… (todos y cada unos de esas personas que conocéis especiales) si tomáis aunque sea ejemplo una sola hora de ver la vida como ellos. De vivirla al 100% aunque sea tan solo una hora, podréis descubrir lo que es la verdadera felicidad!!
Desperdiciamos el tiempo, y el tiempo no regresa. El tiempo se va y no vuelve, es lo único que la vida nos quita. Muchos podréis pensar que la la vida nos quita justo eso la vida y el tiempo. Pero no es cierto, la vida tan solo nos quita tiempo. La muerte es parte de la vida y sin ella no valoraríamos (aunque lo hagamos poco) la vida. La muerte es necesaria para vivir y puedo aseguraros que TAN SOLO MUERE QUIEN ES OLVIDADO, mientras que alguien recuerde a esa persona que dejó su cuerpo para emprender un nuevo viaje, seguirá vivo para siempre.
No lo olvidéis,
TODOS SOMOS IGUALES TODOS SOMOS DIFERENTES