Como ya les he contado, para Joaquín y para mí todo lo relacionado con bebés y paternidad era territorio desconocido. Hasta que nos encontramos esperando a Lorenzo nunca nos preocupamos por averiguar nungún detalle al respecto.
Durante el primer trimestre tuve mi cuidado prenatal riguroso pero quisimos ser precavidos y decidimos esperar antes de tomar otras desiciones. Incluso mantuvimos la noticia en secreto absoluto, hasta haber pasado ese periodo que puede ser más riesgoso.
Una vez que entramos en el segundo trimestre nuestra primera reacción fue salir corriendo a contarle a nuestra familia y amigos, y luego cuestionarnos dónde deseábamos que naciera el bebé. Realmente deseabamos estar seguros de escoger lo mejor, pero como no teníamos idea de nada, debíamos hacer la tarea!
Lo primero que pensé fue en preguntarle a nuestros amigos cercanos sobre sus experiencias. Luego quisimos investigar en internet para sentirnos informados con datos reales. Para nuestra tranquilidad todos los resultados arrojaban a un mismo lugar: El Hospital Clínica Bíblica.
Una vez que vimos que era la mejor opción quisimos ir a conocer sus instalaciones y personal. El nacimiento de Lorenzo era lo más importante para nosotros y no queríamos dejar nada sin resolver. Sobre todo tomando en cuenta que éramos conscientes de no saber nada del tema!
Nos llenó de tranquilidad visitar el hospital con anticipación. De esta manera conocimos su ubicación, la mejor ruta para llegar, el proceso de admisión y toda la logística que se lleva a cabo. Desde un inicio quisimos intentar un parto vaginal, de los que no se programan y vacilan en las películas! jaja!
Definitivamente esa primera visita nos ayudó a evacuar muchas dudas y a tomar la desición correcta. Nos gustaron las habitaciones y nos encantó saber que el todo el cuerpo de enfermeras es obstetra, para garantizar la mejor atención. En caso de cambiar nuestro plan, poseen un quirófano con tecnología de punta para partos de cesárea.
Siempre pensé que un nacimiento es lo más natural del mundo, todos estamos capacitados para nacer y dar luz. Sin embargo no deja de ser un acto lleno de riesgos para ambos y estar en las mejores manos es lo mejor que se puede hacer para minimizar cualquier tipo de peligro.
Nuestra gratitud para todas las enfermeras y cuerpo médico que nos atendieron durante todas las etapas de nuestra estadía es muy grande, se comportaron como ángeles al cuido de nosotros. Al ver a Lorenzo tan hermoso y sano a mi lado, y al verme a mí con una recuperación tan inmediata, aún después de la larga historia, es garantía de haber tomado la mejor desición. Cada detalle de nuestra atención hizo que nuestra historia fuera tan especial como la esperábamos.
Fotos Sissi Escalante
Hospital Clínica Bíblica
un abrazo,